SCARS |JIYOO|

XIV. Jiu's Goodbye Song

SuA la sacaba de quicio. SuA también la sacaba de apuros. SuA la ayudaba, aunque fuera la más idiota al comportarse y ella lo sabía. Tardó en darse cuenta de lo que había hecho. Habló con SuA durante un montón de tiempo para ponerse de acuerdo y al corriente con los temas de las últimas dos semanas, quedaba aún una semana antes de los primeros exámenes y gracias a SuA se dio cuenta de que seguía en equipo con Jiu, teniendo que mostrar un avance de su proyecto a cambio del derecho de tomar ese dichoso examen.

Claro, eso si Siyeon no movía sus deditos para cambiar eso a favor de Jiu. Las palabras de SuA resonaban en la cabeza de Yoohyeon. Aún no estaba cien por ciento segura de lo que iba a hacer. Aún había miedo de acercarse a Jiu, pero su amor era más grande que su miedo. Había un pequeño problema, y era como SuA le había advertido:

''Jiu ya no te pertenece; ya no puedes enojarte con ella. Para ella, no tienes derecho a celarla, a prohibirle algo, ya no tienes poder sobre ella.''

Estaba claro que le rompió el corazón con aquellas palabras, pero era probable que ella misma hubiera roto el corazon de Jiu un millón de veces más y más fuerte. Se había enterado entre los pasillos menoJiu era tutora de otra chica en clase de Solfeo. Decidió salir después de la penúltima clase, de esa manera podría ver por algunos segundos a la mayor.

Jiu estaba radiante, hablaba con la chica de la que era tutora desde hace ya algunos días. Yoohyeon disfrutaba mucho verla, aunque no lo aceptase. Disfrutaba ver su preciosa sonrisa que hacía que su nariz se arrugara. Jiu le devolvió la mirada, haciendo que Yoohyeon se sonrojase, se miraron por al menos diez segundos, en los que Yoohyeon pudo ver el dolor que Jiu aún tenía. Cuando los diez segundos terminaron, la mayor dirigió su vista al suelo y se fue. Se desanimó un poco, pero sabía de antemano que eso iba a suceder y que no sería la primera vez.

En la clase de Instrumento también estaba sola, pues Dami igualmente había aplicado la ley del hielo. No valía la pena intentar acercarse, pues Dami siempre encontraba la forma de alejarse. Tomó asiento en su lugar habitual, diez minutos antes de que la clase diera inicio. Se perdió visualizando su agenda, hasta que alguien la sacó de sus pensamientos.

–¿Muchas cosas por entregar? –preguntó la castaña, sonriéndole levemente. Yoohyeon la miró de reojo.

–Un montón –dijo, cerrando el pequeño cuaderno–. ¿Ya terminó mi castigo? –preguntó, refiriéndose a que tanto la castaña como SuA habían decidido hablarle de nuevo. Dami rio– ¡Descarada!

–Te mereces mucho más que dos semanas.

–Estoy muriendo por saber cómo se pusieron de acuerdo las tres. Gahyeon ni siquiera me mira.

–Gahyeon no ve a nadie que no sea yo. –respondió al instante la castaña.

–No seas celosa, no te la quiero robar. –afirmó entre risas la mayor, recibiendo un golpe en el hombro de la castaña.

–Que no se te pase por la cabeza traicionarme de esa forma, Kim Yooh Yeon. –amenazó la menor, mirándola con los ojos entrecerrados.

–Ya tengo alguien de quién preocuparme, Dami, no necesito a tu acosadora también. –dijo entre risas.

–¿Te conseguiste a alguien o estás hablando de Jiu?

–No me puedo conseguir a alguien, Dami, pensé que eso había quedado claro. Mi destino siempre será Jiu, lo quiera o no. No puedo amar a alguien que no sea ella.

–¿Estás diciendo que la amas? –preguntó Dami, con una sonrisa pícara. Yoohyeon suspiró y asintió.

–Es mi alma gemela, no puedo dejar de amarla. Jamás lo haré.