XVII. The Good And The Bad

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La noche fue un tanto larga. La tormenta acabó por la madrugada, sin embargo, la lluvia seguía en un ritmo leve. Yoohyeon estaba despierta desde que el reloj dio las siete, mientras que Jiu continuaba durmiendo, protegida por algunos cojines y con el único suéter de Yoohyeon abrigándole. Yoohyeon miraba por la ventana, esperando algún movimiento de alguien que estuviera cerca para arreglar la electricidad, sin embargo, aún era temprano y, de todas formas, no podrían empezar a trabajar mientras siguiera lloviendo.

El sonido de Jiu moviéndose llamó su atención, de inmediato se acercó a ella para saludarla.

–Buenos días. –saludó con dulzura la menor. La mayor reaccionó con una leve sonrisa y poniéndose roja al recordar lo que había sucedido la noche anterior. ¿Yoohyeon habrá sentido su beso? No lo sabía, pero no podía evitar recordar lo suaves que se sentían sus labios junto a los suyos.

–Buenos días, Yoohyeon. –sonrió, intentando relajar sus mejillas. Yoohyeon soltó una risita al ver la reacción de la mayor.

–¿Dormiste bien? –preguntó la menor, buscando algo entre el interior de su mochila– Debiste haber soñado algo interesante, pues despertaste sorprendentemente roja.

La mayor sintió sus mejillas arder aún más fuerte ante tal comentario. Sus nervios habían incrementado tanto, que incluso sentía nauseas. Sonrió para la menor y comenzó a hablar:

–Sería el calor. –mintió.

–¿De qué? –preguntó la menor con picardía, logrando que Jiu se pusiese aún más roja.

–De... tu... tu suéter. –tartamudeó la pelinegra.

La mayor observó su móvil: de las cuatro barras que indicaban el servicio, sólo una figuraba. Además, tenía tan solo un 5% de batería: prácticamente podía apagarse en cualquier instante. Claramente, no había traído consigo su cargador y no tenía agallas para preguntarle a Yoohyeon si traía uno con ella. Y, de todas maneras, ¿realmente servía de algo? al final de cuentas, el edificio seguía sin electricidad.

Yoohyeon se sentó a su lado, mirando de frente los cristales que las protegían de la lluvia (y quizás, un frío más intenso también). Tomó su mochila y sacó un panecillo de adentro, abrió el empaque y partió el contenido en dos. Con cuidado, le pasó una mitad a la msyor y le sonrió.

–Gracias. –agradeció con honestidad la mayor. Ambas dirigieron la mirada a las nubes que, con lentitud, se disipaban.

Yoohyeon miraba de reojo algunas veces a la msyor, para asegurarse de que no se quedara con el estómago vacío durante el resto de tiempo que les quedara ahí dentro.

No había movilización alguna afuera. Yoohyeon había estado enviando mensajes a Dami para que diera aviso de que se habían quedado atrapadas ahí, lamentablemente, su móvil tenía una recepción muy débil (y probablemente Dami estaría haciendo cosas más interesantes con Gahyeon).

–¿No viajarás esta semana? –preguntó la menor. Jiu negó con la cabeza– Vaya. Pensé que saldrías a visitar a tu familia, tú sabes, semana libre antes de exámenes...

–Podría viajar, pero no tengo mucho dinero más que para un viaje a Bucheon y lo he dejado para una emergencia. –dijo en voz baja. Yoohyeon asintió, sabiendo a lo que se refería al decir emergencia.

–¿Qué hay de Siyeon?

Byul rio.

–Bueno, ella tiene dinero de sobra, pero jamás abusaría de eso –afirmó–. ¿Qué hay de ti? Te he visto aquí en todos los días libres.

–¿Me has visto aquí? –preguntó Yoohyeon con una sonrisa formándose, si la había visto era porque no la había ignorado del todo en esas semanas y ¿cómo no alegrarse?– Tengo presupuesto para dos viajes, pero dudo usarlos, mucho menos en estos días, hay mucho que hacer por aquí antes de los exámenes.

SCARS |JIYOO|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora