Tal vez Alice tenía razón. Tal vez tendría que dejarla en paz de una vez por todas.
James fue al Gran Salón a almorzar, en el se encontraba su hermana, Lily, almorzando en la mesa de Gryffindor asi que James se sentó junto a ella.
James se hizo la promesa, a si mismo, de no volver a molestar a Alice. No quería que se molestara con más con él. Tal vez, algún día, la castaña se daría cuenta de que el azabache no era tan malo como ella pensaba.
Hoy había entrenamiento de Quidditch asi que, el hijo mayor del elegido, debía dirigirse ya al campo y dejar de pensar en esas cosas, bueno, tal vez por un tiempo.
Fue hacia su dormitorio a buscar su escoba y, allí, encontró a Fred, el cual también estaba en el equipo de Quidditch de Gryffindor.
-Hola James –lo saludo Fred sonriente- ¿Bajas conmigo?
-Claro-dijo James. El chico tomo su escoba y bajo junto a Fred.
Salieron del retrato de la Dama Gorda y Fred corto el silencio.
-James, creo que deberías dejar de perseguir a Alice. –Dijo- Porque si la sigues molestando, nunca se fijará en ti.
-¿De qué hablas? A mí no me gusta Longbottom –James se encontraba nervioso. Nunca le había dicho a nadie que él estaba enamorado de la chica. Fred era su primo y mejor amigo, pero ni si quiera a el le había dicho que tenía sentimientos por la castaña.
-No me hagas reír –dijo el pelirrojo con una sonrisa- Se nota que te gusta.
-¿Tan obvio es? –pregunto James. Ya no tenía sentido seguir negandolo, además, como él ya sabía, Fred era su mejor amigo y lo conocía más que nadie.
-No, pero sabes que yo te conozco muy bien y sé que nunca le pedirías perdón a alguien si no sientes nada por esa persona.
Era verdad James Sirius Potter nunca pedía disculpas.
-¿Cómo sabes que trate de disculparme con ella?
-Tengo mis contactos.
-Bueno está bien, lo admito, me gusta Alice Longbottom.
De pronto se escucharon pasos detrás de ellos. Los chicos miraron hacia atrás. Era Ana Stone o mejor conocida como Ana "la chismosa" Stone. También había otro problema, ella era una de las mejores amigas de Alice.
Parecía dispuesta a salir corriendo de allí a contarle a su amiga y a todo Hogwarts que el famoso James Potter estaba enamorado de una de las pocas chicas que no le prestaba atención en todo el colegio. Cuando la rubia empezó a dar pasos hacia atrás, los chicos fueron corriendo hacia ella y la agarraron por los brazos para detenerla.
-¡Sueltenme, ahora! –Gritó la petisa mientras movía sus piernas- Esperen a que se lo cuente a Alice.
-No lo harás –le dijo Fred- No le dirás nada a Alice ni a todo Hogwarts
-¿Por qué haría de hacer eso?- Dijo la rubia mientras trataba de liberarse.
-Porque si no te quedas callada le diremos a McGonogall que te escabulles todas las noches por el castillo y vas a la Sala Comun de Hufflepuff a buscar a tu tonto novio.
-No lo harían.
-No sabes de lo que somos capaces de hacer.
-¡Esta bien! Me quedare callada –murmuro Ana rendida.
-¿Lo juras? –le pregunto Fred.
-Lo juro.
Luego de esto la soltaron.
-Ni una palabra,Stone.
-¡Lo sé! –dio media vuelta y se largó.
Fred miro la hora.
-¡Ya son las seis y media! ¡Deberíamos haber estado en el campo hace quince minutos!
-¿Y qué esperas? ¡Vamos!
No había tiempo para correr así que subieron a sus escobas y fueron volando lo más rápido posible.
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Enamorado de una castaña.
FanfictionJame Sirius Potter no ha cumplido con la “maldición” de su familia. Cuando hablamos de esta “maldición” me refiero a la que todo chico Potter tiene a su pelirroja. James se enamorara de una castaña, hija de uno de los mejores amigos de su padre y ma...