Era domingo por la noche y, en la cena, Alice se sentó junto a Anna y Rose, en la mesa de Gryffindor.
James entro al Gran Salón junto a Fred, Louis y Frank, el hermano de Alice, y se sentaron lejos, pero no tanto, de donde estaban las chicas. James no podía dejar de ver a Alice y sonreír al mismo tiempo.
-Deja de ver a mi hermana, ¿Quieres?- dijo Frank, que se percató de las miradas del azabache hacia la castaña.
-¿Qué? Yo no la estoy viendo –hablo James sonrojado y avergonzado.
-¡Te estoy vigilando, James Potter! –le dijo Frank a James.
-¡Pues vigílame, que no la estoy viendo! ¡Y deja de ser tan sobreprotector!
-Me callare por ahora, pero recuerda lo que te dije.
James tomó un sorbo de su juego de calabaza y, cambiando de tema, dijo:
-Bueno. Tengo malas noticias, me sacaron del equipo de Quidditch.
-¡¿QUÉ?!- bramó toda la mesa de Gryffindor. Menos Madison, claro.
-¿Estaban escuchando? –pregunto James, en general.
-Solo lo último –contesto un chico pecoso de tercero- Es que si escuchas de la boca de James Potter "me sacaron del equipo de Quidditch", es casi imposible que nadie se percate de eso.
Alice, al igual que toda la mesa de Gryffindor, escucho el comentario de James. Ella estaba confundida. Si se besaron, ¿Por qué Madison lo saco del equipo?. Alice no quería admitirlo, pero había que decir que Potter era un gran jugador, y que ya no juegue en el equipo, sería un gran problema.
Luego de la cena, Alice volvió a la Sala Común a terminar sus deberes de Historia de la Magia, eran 200 cm de pergamino y no había hecho nada, pero tenía que entregarlo mañana si o si. Eso le pasa por dejar todo a último momento.
Se sentaron en una mesa cerca de la chimenea. A las nueve en punto, la Sala Común estaba repleta de alumnos, la mayoría eran de quinto y de séptimo, que eran los que más deberes tenían y los que más debían estudiar.
Poco a poco la Sala Común se fue vaciando. Anna se fue a acostar a las once porque según ella "estaba cansada" pero todos sabían que iría a ver a su novio. Rose se despidió poco después que Anna. En cambio, ya eran las doce y media de la madrugada y Alice ni siquiera iba por la mitad de su ensayo de la guerra de los gigantes. Ella pensaba que estaba sola en la sala, pero se equivocaba.
James estaba sentado cerca de ella, y, al igual que la castaña, estaba terminando sus deberes. El azabache levanto la vista de su pergamino y vio a Alice sentada cerca de la chimenea. Era tentador para él, que ella estuviera sola, sin sus amigas, ya que podría hablar "libremente" con ella. James tenía que reprimir su impulso de levantarse, no quería molestarla pero lo tentaba demasiado aquella circunstancia.
El chico finalmente se rindió y se acercó a ella. Al parecer, la muchacha todavía no se daba cuenta de la presencia de Potter, y eso a James lo beneficiaba.
Alice estaba escribiendo rápidamente, cuando unas manos tocaron sus hombros.
-Hola Alice –dijo una voz detrás suyo.
Ella se sobresaltó y volteo para ver quien la había sorprendido. Era James y sus caras estaban tan cerca que Alice podía sentir la respiración del chico
-¡Jam... Potter me asustaste! –dijo en un susurro, no quería despertar a toda la Sala Común.
-Ey casi me llamas James –dijo el chico sonriente- oye, te ves muy atractiva tan cerca.
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Enamorado de una castaña.
FanfictionJame Sirius Potter no ha cumplido con la “maldición” de su familia. Cuando hablamos de esta “maldición” me refiero a la que todo chico Potter tiene a su pelirroja. James se enamorara de una castaña, hija de uno de los mejores amigos de su padre y ma...