Enamorado de una castaña.

Te dije que lo pagarías

Alice se despertó enfadada, las peleas con Potter la ponía de los nervios. Ese chico cada vez la molestaba más.

Era sábado, un glorioso sábado. Como se despertó temprano, era de esperarse que ninguno de sus compañeros estuviera despierto.

Bajo al Gran Comedor a desayunar y vio que el cielo estaba de un azul brillante, un día perfecto para relajarse a orillas del lago, ya que, tampoco hacia demasiado frio. En pocas palabras, era un hermoso día de verano.

Termino de comer su tarta de calabaza y salió al aire libre.

Una vez que llego al lago, se recostó en el césped y, sin notarlo, se quedó profundamente dormida.

Soñaba que estaba volando en su escoba, cuando de repente, una cabellera negra se acerca a ella volando. Cuando distinguió su rostro, se dio cuenta de que era James el cual sonreía de oreja a oreja. Cuando al fin llego, James la besó en los labios y ella le correspondió el beso.

-¡Alice! Hasta que al fin te despiertas, preciosa. –era James y ,al parecer, le había estado gritando su nombre en la oreja- Te veías muy feliz en tu sueño, estabas soñando conmigo, ¿no? –dijo con una sonrisa en sus labios y se sentó junto a la chica.

-¡Potter! –ella se sentó enfadada- si me veías tan feliz ¿para qué me despertaste? Ah, y para que lo sepas, no estaba soñando contigo, estúpido arrogante. –mintio Alice. Estaba totalmente avergonzada, pero su carácter no lo demostraba.

-Si claro –dijo el- sé que me amas Alice ¿Por qué no lo admites de una vez? –antes que la chica contestara el siguió hablando- vengo aquí a cobrar mi venganza.

-¡Ja! –la chica soltó una carcajada- y ¿Cuál es la...

Pero la chica no pudo terminar la frase, ya que, James había posado sus labios sobre los suyos.

Enfadada lo alejo de un empujón, se levantó y le pegó una bofetada.

-¿QUIEN TE CREES QUE ERES PARA IR BESANDO A LA GENTE POR QUE SI? –le dio otra bofetada- ¡me das asco! -Alice dio media vuelta y se retiró echando humo por las orejas.