Capítulo V

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—¡Para ya! Deja de apuntar con el dedo sin antes averiguar, que ahora sí te has volado la barda.

—Pero te he dicho que todo lo que tengo recolectado es...

Mina me frena alzando la palma de la mano. La estoy mosqueando, me lo dicen sus ojos chiquitos, pero esto es delicado y creo que por ello no me suelta un bofetón para, según ella, reaccionar de esta locura que ha hecho moho en mi cabeza.

—Amiga, en serio, no sabes lo que estás diciendo. Has estado tan dolida con Darien últimamente, y presionada por tus jefes, que te estás dejando llevar por "pistas" —hace comillas con los dedos—, que realmente no tienen fundamentos de peso. Y lo peor, es que creo que no estás siendo verdaderamente consciente del daño que puedes causar con tan sólo señalarlo como el asesino de la máscara. ¡Carajo, Serena, lo lincharían antes de llegar a la estación de policía!

—¡¿Crees que no lo sé?! Claro que he pensado en eso. Demasiado, créeme. Pero... —tomo una buena bocanada de aire y sacudo la cabeza— ¿Pero entonces qué puedo hacer? Si le comento mis sospechas a Darien, es claro que lo va a negar.

—Pues no veo otra solución... —deja lo que hacía con su cabello delante del espejo que tenemos en el pasillo del recibidor para venir a tomarme del hombro— Mira, comprendo tu sentir; todo es tan abrumador. Pero, oye, también alguien debe ponerse en sus zapatos y, como amiga de ambos, es mi deber tener las dos versiones antes de hacer ningún juicio o apoyar a uno solo... —sus ojazos tremendamente claros como los míos me muestran la comprensión de la que habla— Por ello, lo único que me queda es sugerirte que hablen. Todo está en cómo se dicen las cosas. Enfrentalo sin tapujos, pero, con respeto y otorgándole el derecho de réplica. ¿Quién sabe?, tal vez su ausencia tiene una vergonzosa explicación y por ello tuvo que valerse de excusas. No creas que porque tiene dinero y buena educación está exento de cometer errores. ¿Quién es perfecto en estos tiempos?

La detesto. ¿Por qué siempre tiene una solución para todo? Nada puede ser tan sencillo. En mi mundo, las cosas siempre han...
Cierro los ojos y me doy una sacudida mental. No es momento de recordar cómo fue mi vida. Mejor medito su consejo durante varios segundos.

—Creo que... tienes razón. Sí. Antes de enloquecer y hacer mis propias conclusiones, debí enfrentarlo.

—Yo siempre tengo razón —se mofa orgullosa.

Ahí está, incluso ni siquiera es modesta. Rayos, pero se supone que por eso la amo y vine a pedir su ayuda. Mina es más cerebral a la hora de ver las cosas y, otro rasgo contrario a mí, es que no permite que su pasado interfiera en su buen juicio.

Coloco la mano encima de la suya y digo:

—¿Qué haría sin ti?

—Vale, tampoco te pongas cursi —se aparta de mí como si yo fuese la lepra personificada.

Rio. Verdaderamente amo a mi amiga.

—¿Tienes planes para esta noche? No quiero dejar para después lo que Darien vaya a responderme y... —me alzo de hombros mientras con la mirada esquiva comienzo a tamborilear los dedos sobre el respaldo del sofá— Bueno, creo que necesitaré algo de apoyo moral post-confrontación.

—De hecho, sí. Yaten tiene reservación en L'amour, a las ocho. Creo que va a pedirme que sea oficialmente su novia.

—¡¿De verdad?! —jadeo. No me lo creo. Sabía lo que se traían, pero honestamente creí que Yaten nunca se aventuraría a cometer tamaña osadía.

Bueno, por lo menos mi amiga tiene amor real en su vida.

—Así es. Parece que últimamente la vida ha decidido que ya era momento de recompensarme y, la cereza del pastel será colocada ésta noche —los ojos le brillan. Sin duda es amor, aunque no lo diga con todas sus letras—. Sin embargo, si ya tienes decidido que hablarás con Chiba, es mejor que cancele y...

El Asesino Enmascarado 🎭Donde viven las historias. Descúbrelo ahora