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Presentación

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Presentación

Entre más lo pienso, se me achica más el corazón. Preguntas, dudas, respuestas inconclusas.
Mi mente se cuestiona tantas cosas, busco las respuestas lógicas, esperando que alguna me haga sentir tranquila, pero simplemente no es así.
Nada, me hace sentir bien.
Ya pasó una semana desde que todo acabó, una semana tormentosa para ambos. O para mí, quizás.
Nunca sabré como lo está sobrellevando él, pero por lo visto, no le afectó mucho que digamos.
Puede ser que me duela más a mi por el hecho de que estuve enamorada de él desde el día que lo conocí. Doce años siendo amigos, medio año de relación. Era algo que veía venir de todos modos, fui consciente de como es él respecto a estar "atado" a alguien más, sabía que no sería fácil, pero hicimos el intento de que funcionara.
Lastimosamente no fue así.

Hay un amor contra el que yo no puedo luchar.
Y es su amada libertad.
Sigue siendo el mismo chico que conocí, tan alegre y aventurero. Sin embargo yo, no soy aventurera, no me gusta correr riesgos como a él o hacer esas típicas actividades que requieran mucha adrenalina. Hubo un tiempo en que intenté hacer lo que él amaba, admito que fue divertido, pero no era algo que me gustaba hacer.
Siempre priorice mis estudios, y mi labor en la cafetería donde trabajo. Ahorro cada centavo que gano para poder pagar la cuota de la universidad y los gastos de mi casa. Adoro las actividades tranquilas dónde solo necesite un poco de música para animar mi ambiente.
Quizás eso fue lo que le aburrió en primer lugar. No digo que este mal lo que yo hago, son mis gustos y mis responsabilidades. Solo que, no es algo de lo que él esté familiarizado. Porque él es Sonic el erizo, héroe de Mobius. Por el dinero no se preocupa, ya que el gobierno le paga por vencer a Eggman en cada una de las batallas. Amistades, varias. A dónde quiera que vaya, siempre encuentra la manera de dejar su huella.

Podría decirse que somos dos mundos diferentes.
Lo entiendo, aún que duela.
Y de todas maneras, no puedo escapar a algún lugar para olvidarlo. No puedo bloquearlo o alejarme. Porque pertenecemos al mismo grupo de amigos. Amistades de años, que son consideradas familia.
Y aún que me pese decirlo, él también es parte de ello.
Quedamos en volver a ser los mismos amigos de antes, acepté, con tal de no hacerlo sentir mal por la decisión que tomamos.
Solo pasó una semana desde ese día, y hasta ahora, puedo mantener una sonrisa en mi rostro cuando nos reunimos todos para pasar el rato.
Aún así, se que a la larga será peor por reprimir mis emociones. Es difícil ver a un viejo amor, como una amistad más.

Sin duda, será un largo camino por recorrer.

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Después de la ruptura Donde viven las historias. Descúbrelo ahora