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Pudo ser

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Pudo ser

A veces, me acuesto y pienso mucho en lo que pudo ser si las cosas funcionaban.
En este momento, él estaría aquí, ayudándome a estudiar o haciéndome compañía.
Me prepararía un café acompañado de un budín, y mirariamos juntos la saga de Shrek hasta quedarnos dormidos en el sofá.
Saldríamos a caminar, iríamos a un bar o al taller de Tails a ayudarlo con su avioneta.
Nos reiriamos de cualquier cosa, siempre tuvimos esa chispa para sonreír cuando estamos juntos pese a las circunstancias.
Pensar en lo que pudo ser, solo me hará sentir peor, aun asi, es inevitable no hacerlo si mi mente  es una maquina de escribir palabras punzantes que llegan al corazón.
Me acuesto a pensar, pensar, pensar y pensar. Y sigo muriendo, esperando lo que no va a pasar.
Él no va a regresar.

Hundo mi rostro en la almohada, ahogando mis sollozos y mojandolo por completo.
A estas alturas, poco me importa si ensucio mis materiales.
En esos momentos donde el mundo se me viene abajo, solo quiero hacerme bolita en mi cama y no salir. No tengo fuerzas para luchar por unas horas.
Recuerdos, fragmentos que llegan a mi mente cuan rápido sea. Me teletransportan a esos sitios donde la pasaba con él, lugares simples, pero que a su lado los hacían únicos, recuerdos que le dan un significado valioso al suelo dónde pasábamos horas juntos.
Mi casa, mi hogar, está repleto de esos recuerdos.
Cada cuarto, flor, comida, ropa, todo, me recuerda a él. Su olor está en todos lados, eso lo vuelve imposible el poder superarlo, porque me pone nostálgica y lo termino extrañando.

No puedo salir a tomar aire fresco, la tormenta aún no se disipa hasta pasado mañana.
Ojalá y esto no provoque inundaciones o cortes de luz.
Agarró mi celular y veo los mensajes del grupo de mis amigos.
No son muchos, pero los pocos que mandaron, hablan sobre una salida al cine en grupo. Claramente estoy invitada, pero no daré una respuesta inmediata.
Lo apago, y me doy media vuelta, haciéndome bolita debajo de mis frazadas. Dormiré todo el día, no quiero seguir pensando.

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Después de la ruptura Donde viven las historias. Descúbrelo ahora