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LLEVABA DIEZ MINUTOS ESPERANDO A QUE ALBY DESPERTARA. No me había atrevido a hacerlo yo mismo, porque cuando interrumpes los sueños de Alby te espera un día completo de lidiar con su mal humor.
La puerta de la Finca se abrió y rápidamente me levanté de mi saco de dormir y me acerqué ahí. Los cuerpos desparramados de aquí para allá no fueron problema pues yo siempre dormía prácticamente al lado de la puerta.
—Newt. —saludó Alby con una pequeña sonrisa, la cual correspondí. —¿Qué haces despierto tan temprano, shank?
El sol apenas había salido hace algunos minutos. Ciertamente era muy temprano.
—Hola Alby. Yo...Quería pedirte algo.
—Que sea rápido porque tengo que buscar a la novata. —dijo mientras se estiraba. Apreté los labios y rasqué mi nuca.
—Tiene que ver con ella. —él me miro confundido, sin dejar sus estiramientos.
—¿Qué ocurre?
—Yo...Sé que normalmente eres tú el que cuenta la historia del Área y todo eso.
Él enarcó una ceja, esperando a ver a qué quería llegar con eso.
—Y también lo de grabar el nombre en el muro y...
—Al punto, Newt. —me detuve y asentí.
—Quería saber si podías hacer una excepción esta vez.
Me miró confundido una vez más.
—¿Excepción? Explícate muchacho.
Ese era mi problema, no sabía explicarme bien. Sacudí ligeramente la cabeza.
—Quiero hacerlo yo esta vez. —dije finalmente.
—¿Se puede saber por qué? —cuestionó mi amigo.
—Ah bueno, es que... —dejé de hablar cuando el recuerdo de la noche anterior volvió a mí. Había perdido la poca confianza de aquella chica por no saber expresar bien lo que pretendía decir. —Digamos que la cagué.
Alby me miró divertido, pero aún notaba la confusión en su rostro.
—¿Eh?
—¡Hice que desconfiara de todos! —solté frustrado. Él me miró mal. —¡No fue intencional, lo juro! Sólo trataba de advertirle que tuviera cuidado con los muchachos por el hecho de...Ya sabes, ser una chica. —suspiré rascándome la nuca.
