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ERA SU TERCER DÍA EN AQUEL LUGAR. Newt le había dicho que hoy comenzaría las pruebas para elegir el trabajo adecuado para ella.
Era una chica, pero eso no significaba que iba a holgazanear todo el día por el simple hecho de serlo. Dakota lo tenía muy claro.
Se estiró un poco en su lugar, y entonces notó el mal olor en el ambiente. Y, para su desagrado, provenía de ella. Hizo una mueca disgustada y se puso de pie; tenía que cambiarse de ropa. Hace tres días que llevaba usándola, y estaba segura de que esa era la razón.
Caminó hacia la Finca, e inspeccionó los rostros de los muchachos, quienes se encontraban plácidamente roncando en sus sacos de dormir. Paseó la mirada por varios hasta que divisó a su objetivo.
El muchacho de cabello rubio.
Se acercó cautelosamente y una vez que llegó, se planteó si realmente sería buena idea despertarlo ahora. P
odía esperar un par de horas...Aunque no soportaba tener que apestar un sólo minuto más.
De todos modos, sólo serían unos minutos. Luego podría volver a dormir tranquilamente, al igual que ella. F
ue entonces que se percató de lo temprano que se había despertado.
Como sea, se agachó y tocó ligeramente el hombro del muchacho.
-Newt. -susurró.
El nombrado no se inmutó. Seguía profundamente dormido, la brisa fresca hacía que algunos cabellos se le desordenaran mientras suaves suspiros escapaban de sus labios. A diferencia del resto, él no roncaba.
Dakota sonrió un poco sin pensarlo, y decidió que lo dejaría dormir. Encontraría ropa limpia por su cuenta.
Se levantó y se acercó a la puerta del edificio. Empujó hacia adentro tratando de hacer el menor ruido posible, y una vez que había el suficiente espacio para entrar, lo hizo.
Ya en el interior, notó la presencia de alguien debido a sus fuertes ronquidos. Como si se tratara de un oso y no de una persona...
Oh no, ¿y si es un oso?
Miró en aquella dirección y se percató de que ese «oso» era Alby.
