𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒 | cast lsdln

𝐸𝑛𝑧𝑜 𝑉𝑜𝑔𝑟𝑖𝑛𝑐𝑖𝑐 - cute

- Vera! A mi pídeme otra cerveza con limón por favor! -escuchaba como decía Ruth a mi espalda. - Ahora te hago bizum!

Me giro para que entendiera que la he escuchado, y por si acaso, levanto el pulgar con el propósito de que no le quedara ninguna duda. Ahora ya podría seguir mi camino a la barra para pedir otra ronda.

Esta noche estaba siendo de celebración. Hoy por la mañana entregué mi trabajo de fin de máster, y aunque todavía no tenía la nota oficial, según palabras textuales de mi tutora "es un trabajo extraordinario".

Estudio arquitectura, pero mi amor incondicional por el cine hace que mi interés pase bastante por alto el tema de normativas y estructuras, para centrarse en cómo las edificaciones que aparecen en cada escena pueden ayudar a configurar las emociones que el director quiere que sientas en cada momento. Por eso mismo el tema de mi trabajo es: Arquitectura del cine distópico. Ya sabéis, esas construcciones imponentes de hormigón visto de Blade Runner 2049, o las macro-ciudades que combinan el estilo más futurista con los edificios derruidos de una guerra pasada, como en Los juegos del hambre.

Tal vez todo esto venga de mi sueño frustrado de dedicarme a la actuación; desde muy pequeña siempre he sido demasiado vergonzosa, incluso hasta puntos enfermizos; como, por ejemplo, ser incapaz de pedir un vaso de agua a la madre de mi amiga cuando me quedaba a dormir a su casa. Gracias a dios, con los años y las experiencias que he tenido que vivir, he mejorado muchísimo con ese tema. Pero por desgracia ya soy "demasiado mayor" para meterme a ese mundillo. La mayoría, como mínimo, tienen experiencia por haber hecho teatro como extra escolar en el colegio, y yo con 26 años, ni si quiera he aplicado para hacer de extra en ninguna serie o película de bajo presupuesto.

No me malentendáis, tampoco es que me arrepienta. Me encanta cómo he encaminado mi futuro, pero siempre quedará esa espinita.

El bar tenía bastante gente y por fin llego al principio de la cola. - Hola. -llamo la atención del camarero que seguía mirando la caja registradora. - ¿Me pones cuatro cervezas normales y una con limón?

- Ahora mismo. -y tras pasar corriendo una bayeta por la barra, empieza a servirme las cervezas. -

Saco un momento el móvil de bolso para ver la hora, "las diez y media", probablemente nos diera tiempo a pedir otra ronda después de esta.

- Perdona. -siento que apoyan una mano en la parte alta de mi espalda. - ¿Te puedo hacer una pregunta?

- Si claro, -guardo el móvil. -dime.

- Perdona, andamos un poco desubicados. -hablaba en plural, pero ante mí solo había un chico, bastante más alto que yo, complexión media y unos rizos que casi llegaban a taparle por completo sus ojos azules. - Llegamos a España hace unos pocos días y nos apetecía salir un poco de fiesta. -no hacía falta que me jurase que era extranjero, lo único que podía debatir es si era argentino o uruguayo. Yo seguía mirándole esperando que me diera algún dato más para poder responder esa pregunta que no tardaría en hacerme. - Estamos sentados a fuera y vimos que también estaban con ambiente festivo. ¿Les importa que nos unamos? - se me escapa una sonrisa, no sé si estaba hablando en serio. - Somos buena onda, lo juro. -pone sus manos en alto mostrándome las palmas y esboza una sonrisa amplia. -

- Aquí tienes. -me dijo por otro lado el camarero. - 11, 50.

Dejo a ese chico con la misma posición mientras me dirijo al camarero. - Con tarjeta, por favor. - vuelvo a sacar el móvil para pagar, y después de guardarlo vuelvo a mirarle. Ya había bajado los brazos y lo que levantaba ahora eran las cejas.

- ¿Y? -la sonrisa aún la mantenía. -

- Hagamos una cosa... -bajo el tono y hago una pausa para darle pie a que me diga su nombre. " Juani ". - Juani. - digo repitiendo lo que me acaba de decir para asegurarme de que le he escuchado bien, el bar estaba a abarrotar y me sorprendía no tener que estar gritándole. - Me vas a ayudar a llevar estas cervezas a nuestra mesa y se lo preguntas también a mis amigas. -empiezo a coger una cerveza con cada mano, dejándole a él con las otras tres para que se apañara como pueda. - Por mi genial, pero tenemos que estar todas de acuerdo. - "perfecto" escucho que dice a mi espalda y siento como me empieza seguir hasta fuera. -