𝐸𝑛𝑧𝑜 𝑉𝑜𝑔𝑟𝑖𝑛𝑐𝑖𝑐 - enemies with benefits

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**ᶦⁿᶜˡᵘʸᵉ ᶜᵒⁿᵗᵉⁿᶦᵈᵒ ᵉˣᵖˡᶦᶜᶦᵗᵒ (+¹⁸)

Recuerdo esa noche a la perfección. Era una mezcla de luces deslumbrantes y murmullos excitados en la alfombra roja de la premiere de una película a la que prometí asistir para apoyar a un amigo de la industria. Yo, inmersa en el bullicio de los fotógrafos y las cámaras, deslizaba mi mejor sonrisa mientras posaba para el photocall. El ambiente estaba cargado de emoción y ansia, pero fue gracias a un rápido movimiento de cabeza hacia mi derecha, donde empezó esta historia.

Ahí estaba él: un chico moreno, alto y corpulento, con una presencia que no se podía ignorar. Nuestras miradas se encontraron en un instante, y sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo mientras su mirada me recorría entera. Cuando finalmente vi su rostro, estaba adornado con una sonrisa que hizo que mi corazón diera un vuelco. Enzo Vogrincic, conocería ese nombre más adelante, cuando se acercara a mí tras la proyección de la película.

***

Con una copa en cada mano se acercó a mí, su presencia dominante llenando el espacio entre nosotros. Sus ojos, oscuros como la noche, me mantenía cautiva.

- Buenas noches, ¿es molestia? -preguntó, dirigiéndose a mi mánager, que estaba a mi lado. Asentí con una sonrisa, indicándole que podía retirarse. Estábamos en la After Party, inmersos en un torbellino de voces y música, por lo que, para la siguiente frase, tuvo que acercarse a mi oído con tal de que pudiera escucharle claramente. -

- Enzo Vogrincic. -me confirmó, revelando lo que llevaba preguntándome desde ese encuentro de miradas fugaz. Entonces, extendió una de las copas de vino que llevaba hacia mí. -

- ¿Y tu nombre? -preguntó, su voz suave y profunda enviando un cosquilleo por mi columna vertebral mientras esperaba mi respuesta. -

- Vera. -respondí, para al segundo dar un sorbo a mi vaso, manteniendo mi mirada fija en la suya. -

Durante el resto de la noche, me sumergí en una conversación con él, incapaz de prestar atención a la música que sonaba de fondo.

Fue cuando salimos a fumar que finalmente sucumbí a sus encantos. Di la última calada y, aprovechando la oscuridad de la calle y la ausencia de ojos curiosos, me lancé hacia él, empujándolo contra la pared. Pero mi dominio fue efímero, ya que Enzo rápidamente tomó esa posición, aprisionándome con su pelvis y agarrando mi rostro con ambas manos, impidiendo cualquier intento de escapatoria mientras nuestros labios se fundían en un beso ardiente.

No puedo negaros que no conseguimos esperarnos a llegar al hotel. Ese trayecto en taxi se convirtió en los preliminares, ambos parecíamos completamente adolescentes. Así me gustaban las relaciones, sin tapujos, sin rodeos, rápidas y divertidas. Y por cómo se lanzó desesperadamente a bajar la cremallera de mi vestido en cuento entramos por la puerta de mi habitación supe que a él también le gustaba.

Después de aquel encuentro se produjeron varios más, todos con la misma dinámica: Uno de nosotros se desplazaba al lugar del otro, follábamos y después cada uno a su respectiva casa. En los días más animados incluso intercambiábamos algo de conversación.

- Espero que sea broma. -digo asomándome a la sala de estar de mi apartamento, llevando únicamente una amplia camiseta, dejando ver parte de mi trasero por la parte de abajo. - Te acabo de oír hablando por teléfono ¿A quién se le ocurre pedir una pizza de cebolla?

Enzo me mira por encima del hombro mientras está sentado en mi sofá, con ambos brazos sobre el respaldo. - Dijiste que pidiera algo de cenar. - respondió con dejadez. -

Fui caminando hasta ponerme delante de él, bloqueando su vista de mi televisor. Esperé a que me mirara a los ojos para subirme a sus piernas, poniendo mis rodillas a cada lado de su cadera. - No voy a dejar que me beses con ese aliento horrible. - él ya estaba pasando sus grandes manos por toda mi espalda, acercándome hacia él. -

𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒 | cast lsdlnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora