¡El reto de Treinta Días de OTP!
❝ Sin duda ellos eran la mezcla
más extraña de toda Brawltopia ❞
La lista de días y aclaraciones
se encuentran dentro del libro.
No hay portada por el momento.
Queda prohibida la copia, o
adaptación de este Fanfic...
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Kit se encontraba haciendo una de sus actividades habituales, firmando autógrafos para sus fans delante de Starr Studios.
No le desagradaba la atención, aunque los flashes de las cámaras ya lo estaban aturdiendo, y como siempre, había una horda grande que no lo dejaría en paz por un buen rato.
Sería una tarde muy monótona si no hubiera otra cosa más para hacer... ¡Tiene que haber algo!
Eso fue lo que pensó Kit, suspiró, mirando a sus alrededores de manera sutil, un par de segundos después, divisó una silueta conocida entre la multitud.
— ¡8-Bit! Pss, amigo—El felino trató de captar su atención, por suerte la máquina volteó y se percató de quién lo llamaba. ¿Cómo no sabía que se trataba de él? —Ayúdame—Dijo entre dientes con una sonrisa de oreja a oreja, así la gente no se daría cuenta de su angustia.
8-Bit lo miró con desgano por unos segundos, como si estuviera pensando en si hacerle caso o no, la verdad no tenía ganas de lidiar con Kit.
El gato tuvo la frescura de tomarlo como un sí y rio con malicia; se encerró a sí mismo en una caja, tornándose invisible, lo cual hizo que empezaran a sonar murmullos entre los fanáticos.
— ¿Eh?
— ¡Sorpresa! —Apareció al lado de 8-Bit, la máquina se sobresaltó—Ahora guíame al Arcade—El felino lo agarró de la mano, esperando a que acatara sus órdenes.
8-Bit sentía como los circuitos ardían sus cables, sin embargo, no se soltó de su agarre; a fin de cuentas, no era la primera vez que Kit lo metía en sus planes de escape.
El contrario intentó hacer un sonido de resoplido como si fuera Bull, y al saber que los demás lo miraban, elevó su pistola al cielo e hizo un disparo.
Algunas personas gritaron y les abrieron el paso por miedo a entrometerse con él, tenía cara de pocos amigos.
Era bastante peculiar ver cómo una máquina que lucía agresiva iba de la mano con un gato tan adorable, eran como el agua y el aceite. Solo que esta vez, se mantenían unidos a pesar de repelerse en su polaridad.
— ¡Gracias! Te debo una—Kit comentó con entusiasmo al ver que su plan era exitoso otra vez.
—No irás al arcade gratis esta vez.
—Oh. ¡No es justo!
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