003|| [2] Celo de Macaque ||

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Desconocía cuántas rondas habían pasado desde que todo eso comenzó ¿Seis, diez, veinte quizás? No estaba seguro, perdió la cuenta hace un par de horas.

Su pobre y vieja entrada ardía como el infierno mismo, su atacante continuo embistiéndolo como si no hubieran tenido sexo por horas, y a veces lo hacía de una manera tan descuidada que llegaba a lastimarlo...

Se aguantaba y no decía nada al respecto, pues había pasado por cosas peores, un poco de dolor no era nada para el gran Monkey king.

Además, sabía por carne propia que esa manera tan desconsiderada y egoísta de actuar con él era debido a que el celo ya había nublado su juicio por completo, en ese estado ningún demonio podía controlarse, tampoco podían medir su fuerza, ni mucho menos podían luchar contra sus instintos y salir victoriosos ¿Por qué? Porque el celo era lo único que un demonio no podía controlar a voluntad y si se resistían terminaban peor, entonces para Macaque la mejor opción fue dejarse llevar

No lo juzgaba, es más, lo entendía, porque él también lo hacía cuando el celo era demasiado.

Es solo que ingenuamente había esperado un poco de consideración de su parte, especialmente después de que dejó de resistirse y comenzó a cooperar

Pero no la tuvo

Lo único que le quedaba por hacer, era aguantar como un campeón y esperar a que su energía se agotará...

Cada vez que pensaba que eso había ocurrido, que al fin habían terminado y qué podría descansar en algo suave y blando con olor a melocotón, volvía a ser embestido hasta el punto que perdía la visión por la sobre estimulación.

Miren, no planeaba negarlo como si fuera un adolescente que le tenia terror a las ataduras de una relación ¿Estaba disfrutando de tener sexo con Macaque otra vez? Por supuesto, ese simio conocía perfectamente su cuerpo

Sabía como hacerlo sentir bien

Como hacerlo gritar del placer hasta llorar y que más encima rogara por más.

El único problema era que como llevaba mucho tiempo sin hacerlo, sentía que ese ritmo era demasiado para su magullado cuerpo, se preguntó mentalmente: ¿Por qué su celo era peor que él suyo? Fue segundos después que recordó que el contrario era unos años más joven que él, obviamente tendría mucha más energía para ese acto

Odiaba lo viejo que eso lo hacia sentir.

Su espalda se arqueo bruscamente cuando una profunda embestida lo llevó al límite, otra vez, un gemido exhausto se le escapó de los labios cuando el semen caliente relleno su interior, sintió el pecho del otro caer sobre su espalda y oyó sobre su oreja su respiración pesada.

—¿Qué y-ya terminaste?— indago tratando de sonar burlón, como si no estuviera para nada cansado.

—¿Qué te hace pensar eso?— susurro sobre su oreja para luego darle una lamida y un apretón con los labios que lo hizo temblar —apenas estoy calentando—

El sabio trago saliva al oír aquello.

—¿Acaso mi rey está cansado?~—

Le habría respondido con la verdad si no fuese porque el tono burlón que uso golpeó con fuerza su orgullo.

—No es verdad, no estoy para nada cansado— murmuró apretando sus puños.

—¿En serio? ¿Aún puedes?— jugueteo con el pelaje del pardo, a la vez que tenía una pequeña y engreída sonrisa en su rostro, hace horas que la etapa más dura de su celo había terminado, ya tenía mas control sobre si mismo.

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