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Jason es un ser sobrenatural que obviamente a vivido muchísimos años y ese es su mayor inquietud, la vejez.
Él parece un hombre de unos tal vez 25 años pero se estima que tendía casi 200 años y aunque su juventud es eterna él teme a perder esa belleza que lo caracteriza.
¿Y si un día su inmortalidad desapareciera? Entonces esa máscara se caería en su totalidad, sería un saco de huesos o sino moriria al pasar por su cuerpo el tiempo tan deprisa.
Cuando se enoja y su cara se agrieta obviamente su perfección se va, mostrando su verdadero yo, él lo desprecia, desprecia esa forma que cada día le recuerda lo muy falso que es su cuerpo, por eso evita molestarse.
Sus manos podridas también es un signo de que su cuerpo no aguanta su verdadero ser, se descompone por tanta energía demoníaca, al fin y al cabo, Jason era un ser humano.
Por eso a Jason no hay que decirle, ni de chiste, que está viejo ya que se lo tomará muy pero muy en serio y probablemente se la pase frente al espejo mirándose para ver si todo está en orden.
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