Mi ángel (10)

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- Pietro, ¿por qué hiciste eso?-Pregunto Wanda.

- ¿Hacer qué?-Cuestione, sabía a lo que se refería, pero quería que ella me lo dijera.

- Ya sabes...

- No se.-Me encogí de hombros.

- Agh, aplaudir.

- Ahh, porque leíste hermoso.

- No es verdad.

- ¿Cómo lo sabes?

- ¿Cómo lo sabes tu?

- Por tu dulce voz.

- Mh...Me dio vergüenza...-Bajo la mirada.

- ¿Por qué?

- Todos aplaudiendo...-Jugo con sus dedos.

- Pequeña, lo hicieron por alguna razón.-La abraze y camine junto a ella.

- Supongo...

- No supongas, creelo.-Le dedique una de mis sonrisas.

- Gracias...de todos modos.-Esbozo una hermosa sonrisa.

- No agradezcas.

- Quisiera leer un poco más, ire a la biblioteca.

- De acuerdo, cuídate, nos vemos luego.

- Adiós.-Se alejo saltando para subir del mismo modo los peldaños, verla así me hacía sonreír.
Continúe caminando sin rumbo por el patio, ya he terminado mi parte acerca del castigo, por hoy limpie los ventanales de los pasillos.
Divisé al niño de antes sentado en uno de los juegos, así que decidí acercamele.

- Hola.-Lo salude amablemente.

- ¿Huh?-Giro.- Oh, h-hola...

- ¿Tu eres el chico de mi clase, no?

- S-si.

- Un gusto.-Extendí mi mano.

- T-también.-Estrecho mi extremidad algo tímido.- ¿T-tu eres Pi-Pietro, v-verdad?

- Aja.

- T-Thomas.

- Lose.

- Ah...

- ¿Y qué cuentas?

- ¿C-contar?

- Si.

- Nada...

- ¿Estás nervioso?

- ¿Y-yo...? N-no...

- Tranquilo, no soy como los demás chicos. Encuentro una estupidez lo que te han hecho hoy.

- ¿A-a qué te re-refieres?

- No me reiré ni burlare de ti, eso es para gente con corazón de carbón.-Reflexione, eso lo decía mi madre, sin embargo recupere la postura.

- Ah...claro...s-si.

- Lamento lo que paso hoy.

- Aja...S-siempre pasa.

- No deberia.
Era bastante incómodo el silencio que apareció a los segundos.-¿Quieres caminar un poco?

- Ok...

- De acuerdo.-Caminabamos de lado.- ¿Siempre has tenido el problema de la tartamudez?

- D-desde que llegue aquí...-Contesto algo afligido.

- Lo lamento...-¿Cómo se me ocurre preguntar eso?- Soy un total idiota.
Me molesto que la profesora cuestionara acerca de nuestra vida pasada y a mi se me ocurre preguntar acerca de su problema.

- N-no te pre-preocupes...

- En serio...

- Descuida...¿Ha-hace cuanto lle-llegaron?

- Como hace tres días.

- Y-yo desde hace u-unos años.-Suspire.
Debo cambiar el tema, el se aflige, yo me aflijo.

- ¿Thomas cuanto?

- T-Thomas Anderson.

- Ah...-Incómodo.- Mh...-Rasque mi nuca.- Me gustaría agradecerte.

- ¿P-por qué?-Pregunto extrañado.

- Por aplaudir a mi hermana.

- Ah...n-no es ne-necesario.

- ¿Por qué lo hiciste?

- Su-supongo porque se-se que se siente q-que nadie t-te apoye...

- Si...-Suspire algo triste por su respuesta.- Eres un buen chico.

- ¿T-tu crees?

- Claro, se nota que eres puro.-Sonreí.

- Ja...

- ¿Sólo por eso?

- A-además de-de que tu her-hermana na-narra muy bonito.

- Lose, tiene...algo en su voz.-Mire al cielo.- No es porque sea mi hermana, pero...ella es como un ángel, sus ojos, su sonrisa su voz, un diminuto ángel...mi ángel...-Mis ojos se aguaron.- Ella...es la razón por la que sonrió, por la que seguí y sigo adelante...la razón de mi vivir ahora...-Sentí como una gota recorria, la seque rápidamente.- Lo siento.-Esboze una sonrisa forzada.

- Oh...q-que lindo ha-hablas de ella.

- Si, no tiene nada malo o es que la adoro tanto que no puedo notar sus defectos.

- T-tran-qui-quilo...-Acarició mi espalda.- Lo-lo lamento...

- No es nada.-Suspire.- Por favor, no le cuentes a nadie que llore.

- Oh, claro.

- Aja...

- Llo-llorar n-no es malo.

- Lose, pero lo he hecho tanto este último tiempo que me secare.-Reí.

- N-no...-Río.

- Debo irme, gracias por todo. Me gustaría llegar a ser tu amigo algún día.

- ¿A-amigo?

- Por supuesto.-Fregue mis ojos.- Hasta luego.

- A-adiós...


LOS GEMELOS: ◆THE MAXIMOFF◆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora