Hecho pedazos

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Después de estar toda la tarde con Chiara. Fui a mi casa y me llega un WhatsApp de Hugo.

-Lo siento Martin, está noche al final no podemos salir a cenar, me tengo que quedar con mi hermano

-No pasa nada, otro día

No me acordaba de la cena con Hugo, y la verdad es que no me apetecía nada, así que agradezco que no haya podido. Finalmente me dormí recordando el paseo de Juanjo y sobre todo su abrazo.

A la mañana siguiente, me desperté muy contento y con ganas de la clase de inglés. Como me dijo Kiki ayer, hoy iba a fingir estar mala para no ir a clase, me toca ir solo otra vez.

Me fui andando a clase, estaba un poco nublo pero no llovía así que no me llevé paraguas. Menos mal que me queda poco para los 18 y el carnet del coche. A primera hora teníamos Matemáticas, las odio a más no poder, no se me dan bien....yo solo quiero que llegue la clase de inglés.

Llevábamos un rato en clase y de repente sonó la alarma de incendios. Todos nos asustamos y seguimos el protocolo que hay que seguir en estos casos. Aunque lo más probable es que fuera un simulacro.

Cuando salimos de clase ya había mucha gente en el patio. Y yo estaba buscando desesperadamente a Juanjo. Mirando para un lado del patio y para el otro, no lo veía.

Ahí está, saliendo de la clase donde estaba. Y enseguida se me dibujó una sonrisa en la cara. Pero cuando su mirada se cruzó con la mía, mi sonrisa se amplió aún más. Y de lejos vi como el también me sonreía.

-¡Martin!- Veo como se acercan Ruslana y Lucas.- Sígueme el rollo que Lucas sabe lo que tiene que hacer.- Me dice Ruslana. Fruncí el ceño, no la estaba entendiendo.

Lucas se estaba acercando a mí y ya supe por dónde iba.

-Ruslana, otra vez con tu estupido plan no va a....- Me corta Lucas cogiéndome y poniendo una mano en mi culo y la otra en mi cintura, me puso de espaldas a Juanjo.

-¡Para Lucas! Nos está mirando todo el mundo.

-Tranquilo, no todos. Solo nos interesa una persona...y....bingo. Nos está mirando- Dice Ruslana.

-No, está tontería de los celos no funciona, mejor que paremos- Digo apartándome de Lucas.

Lucas me vuelve a coger, esta vez se apega a mi y pone una mano en mi cuello y la otra en mi mejilla.

-Vaya, alguien no parece contento- Dice Lucas.

Me giro pensando que sería Juanjo, pero no, era Hugo que venía hacia nosotros muy cabreado.
Le da un empujón a Lucas, tirándolo al suelo y apartándolo de mi.

-¡Hugo! Suficiente, no es lo que parece, solo estábamos hablando- Le digo cogiéndolo del brazo.

-No me tomes por tonto. No quiero que todo el instituto piense que me estás poniendo los cuentos con este.- Dice cabreado.

-No. Tranquilo- Me acerco y le doy un beso para tranquilizarlo.- Yo solo te quiero a ti, después de clase quedamos.- Una vez le dije esto, se marcha más tranquilo con sus amigos.

Es muy celoso y el plan de Ruslana de poner celoso a Juanjo, no funciona con quien tiene que funcionar.

-Oye Lucas. ¿Has montado todo eso para hacer enfadar a Hugo? Pues lo has conseguido.

-Él no era nuestro objetivo y lo sabes -Se acerca Ruslana.

-¿Que quieres decir?- Me hago el tonto.

-Tu ya lo sabes Martin.- Me sonríe.

Nos giramos para mirar a Juanjo. Y estaba hablando con la profesora de historia. Una chica joven, guapa, inteligente...
Para mi sorpresa, parecían que estuvieran tonteando, se reían, se movían a la vez... Incluso la profesora le dio en el brazo a Juanjo mientras éste le susurraba algo al oido. Pero lo mejor fue cuando ella se inclinó y le dio un beso en la mejilla a Juanjo.

-Martin....- Ruslana me coge de la mano.

Me paralicé, se me quedó la cara blanca y sin apenas expresión. Tenía una sensación rarísima en el corazón que no había sentido antes, como si se me hubiera roto en mil pedazos. Cómo he podido pensar en algún momento que tendría algo con un alumno o que le gustasen los chicos...o, que tonto he sido. Ilusionarme para nada.

-Estoy bien- Le dije a Ruslana con la voz rota. La cual me delató, no podía mirar las esa escena. Tenía los ojos llorosos, a punto de llorar. Solo se me calló una lágrima, la cual me limpié y me mantuve fuerte.

-Tranquilo Martin, son compañeros de trabajo seguramente tengan una relación cordial pero nada más.- Ruslana intenta calmarme pero eso no ayuda mucho...a saber que hacen en la sala de profesores.

El simulacro terminó y teníamos que volver a clase. A mi me tocaba....inglés. Para ir a clase agarré a Hugo de la mano y lo abracé fuerte. Por una vez lo estaba y él estaba ahí para mí.

Llegamos a clase y nos sentamos. Llegó el profesor.....

-¡Buenos días! ¡Ha llegado la hora de inglés!- Dijo Juanjo. Se le veía diferente, como más alegre, ilusionado....- Hoy vamos a ver un documental en inglés y vais a responder unas preguntas sobre el mismo.

Se puso a repartir las hojas, y como yo me esperaba se paró en mi mesa. Me tocó la espalda con su mano, pero yo hice un movimiento hacia delante para que me quitara la mano, él lo noto y la quitó.

-¿Estas bien, Martin?

Yo simplemente asentí sin mirarle a la cara, no quería mirarlo. Incline rápido mi cabeza para poder verlo una décima de segundo y tenía el ceño fruncido. Se fue.

Levanté mi cabeza para poder ver la pantalla. Pude ver de reojo como Juanjo me estaba mirando. Giré mi cabeza y efectivamente, me estaba mirando fijamente. Se estará preguntando si en realidad estoy bien. Y no, no estoy bien....y en parte...por su culpa.

Una vez terminando el documental rellené mi hoja. Todos mis compañeros hicieron igual y Juanjo se pasó por las mesas para recogerlas. Al pasar por mi mesa me preguntó de nuevo que si estaba bien. Le dije que  si. Pero en un tono muy frío y distante.

Llegó la hora de irnos. No le dije nada a Juanjo.
Hugo me vio que estaba mal y me echó su brazo por encima y caminamos hacia la salida. Por lo menos me apoya y está ahí para mi.....

Cuando iba por el pasillo, escuché como Juanjo grita mi nombre. Yo no hice caso y seguí andado.

-¿Me puedes llevar a casa?- Le digo a Hugo.

-Lo siento Martin, voy en moto y tengo recoger a mi hermano del colegio. Adiós, te quiero.- Me da un beso, se pone el caso y se va en la moto.

Me toca irme en bus. Caminé hacia la parada y me puse los auriculares. Llegué y no había nadie, seguramente el bus se habría ido sin mí, como siempre, y ahí estaría yo esperando otro bus unas dos horas.

Para mi suerte se puso a llover, no llevaba paraguas. No podía seguir mejor el día. Por favor que acabe ya.

Simplemente llevaba una sudadera y unos vaqueros.
Me estaba empapando entero en la parada.
Parecía una escena de esa películas malas de drama y amor, yo, la lluvia y mis sentimientos. Aunque la verdad es que la tarde lluviosa era perfecta para expresar tal y como yo me sentía.

¿Podía ser más patético? ¿Pregunto? Me puse a llorar, total, no se iba a diferenciar las lágrimas con la lluvia que me caía por la cara....Agaché la cabeza y decidí ir andando a mi casa, iba a llegar antes andando que lo que tardaría en llegar un bus a la parada.

Hasta que apareció un coche, se paró, escuchaba como se apagó el motor y la lluvia caía sobre su capó.

Yo sabía quien era, pero no iba a levantar la mirada y seguí andando....

De cero a cienDonde viven las historias. Descúbrelo ahora