|ᴄᴀᴘ4| ᴍɪ ᴏᴍᴇɢᴀ

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—Izuku— repitió Katsuki paladeando el nombre como si fuera la cosa más perfecta y el tan indigno de pronunciarla.

El peliverde a giro posando su mano en el pecho de Katsuki, sus ojos fijos en los del alfa, no podía escapar de un destino ya escrito.

—Alfa— susurro al final dejandose llevar por su omega.

El gruñido que Katsuki soltó termino de enviar por la borda y a un paseo sin pronto retorno cualquier miedo de Izuku.

Katsuki se inclinó, paso sus manos por la cintura de Izuku, el Omega era perfecto, encajaba entre sus manos de manera espectacular, aquello lo asombro y deleitó.

—Mio— susurro con su aliento chocando contra el rostro de Izuku, vio al peliverde alzar un poco su cabeza y entreabrir sus labios en una invitación a devorarlos sin piedad.

Cerro la distancia, el sabor era tal como esperaba, dulce y perfecto, maravilloso, dejo que el momento dictará la duración de aquel contacto.

Izuku deslizó sus manos por los hombros de Katsuki hasta su cuello donde sin reparos enredo sus largos dedos en el cabello naciente de la nuca, el beso era tan cadente, como si el tiempo fuera lo que menos importaba, una extraña nostalgia se apoderó de su ser, algo en su interior despertó de un largo letargo, cerro sus ojos apretando con fuerza sintiendo las lágrimas deslizarse por la comisura de ellos.

Cuando el beso finalizó, Katsuki limpio con delicadeza el rastro de lágrimas en el rostro de Izuku.

—Te estuve esperando tanto tiempo— susurro Izuku abriendo con lentitud sus ojos dejando ver el verde un poco más brillante— perdón por hacerte esperar tanto.

—Te esperaría esta vida y todas las demás— respondió Katsuki, sonrió eufórico enderezando su cuerpo y mirando a ambos lados, su cuerpo y las feromonas de su Omega lo estaban matando por reclamar al sexy ser frente a él, a la mañana siguiente arreglaría su desastre en la fiesta y todo el drama que monten por su desaparición.

Dejo un rápido beso en los labios de izuku y sonrió cómplice tomando su mano, tiro de él avanzando hasta la escalinata, conocía cada recoveco del castillo, en su infancia su pasatiempo favorito era descubrir lugares ocultos junto a Eijiro y Hitoshi.

Izuku lo siguió en silencio, lo siguió por entradas ocultas a la vista y en poco tiempo estaban en los pasillos interiores del castillo, Katsuki se sentía como un niño pequeño obteniendo un premio enorme y valioso, sintió la vibración de su teléfono en su bolsillo y lo saco solo para comprobar si tenían tiempo de llegar a su destino o no.

"DONDE MIERDA ESTAS, TU MADRE NOS ASESINARA A EIJIRO Y A MI, RESPONDE CARAJOS"

Un mensaje de Shinso, tenía tiempo aún, guardo el móvil y miro de reojo a Izuku—Ven debemos correr.

—Espera, está mal que estés conmigo?— pregunto bajito y Katsuki se detuvo de forma abrupta. Acorraló a Izuku contra la pared besandolo una vez más aunque está ocasión con más deseo impreso

—No pero si nos quedamos deberemos volver a la fiesta y de lo único que tengo deseos está noche es quitar ese vestido y recorrerte de pies a cabeza— le reveló Katsuki haciendo que Izuku jadeara sintiendo su temperatura elevarse una vez más, Katsuki admiro esto y dejo un beso en la clavícula de Izuku, con prisa abrió su traje un poco a la altura del cuello y quitó sus parches, llevaba unos que atenuaban su aroma más no lo cubrían por completo, lo hacía por la intensidad de su aroma y en una fiesta llena de omegas no quería causar problemas, pero si quería hacer un desastre en su Izuku.

El golpe del aroma concentrado robo un jadeo de parte de izuku que sintió la humedad comenzar a formarse en su entrada— eres malvado, sácame de aquí ahora o tómame en este momento

Rey AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora