|ᴄᴀᴘ9|ᴘʀɪᴍᴇʀ ᴅɪᴀ ᴇɴ ᴇʟ ᴄᴀsᴛɪʟʟᴏ

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—¿Puedo ayudarte a estar cómodo alteza?— susurro Izuku dejando que su aroma fuera una invitación a lo que deseaba.

Katsuki jamás se había sentido tan doblegado a alguien como se sentía en ese momento, era más que claro que aceptaría lo que su Omega pedía.

—Te recuerdo que ahora también te llamaran Alteza— susurro Katsuki.

Izuku hizo un mohín , años intentando no tener demasiados cargos a su espalda y termina siendo el Omega del Rey.

—Aun me parece increíble, jamás creí que tendría al futuro rey entre mis piernas—Solto coqueto, luego pensaría en el nuevo protocolo al que tendrá que acostumbrarse.

Katsuki sonrió, que suerte que iba vestido de forma sencilla, observo a Izuku arrodillarse en la cama, la básica negra que llevaba puesta se alzó dejando a la vista los muslos.

El peliverde se había retirado el chandal luego de que el pelirrojo se fue, le quedaba muy grande y se deslizaba cuando caminaba así que opto por solo dejarse los boxer y la básica.

Katsuki sintió como Izuku soltó cada botón de su camisa con lentitud, el aroma del Omega danzaba en la habitación mezclándose con el suyo, era curioso como su propio aroma que siempre le molestó por ser dulce encajaba perfecto con lo fresco y picante que era el de su Omega.

Izuku necesitaba de su alfa para sentirse seguro, estaba en un lugar completamente desconocido, tendría una nueva vida y ahora era el consorte del príncipe, realmente era mucho. Sus ojos se alzaron mirando directamente a Katsuki

Se acercó al cenizo besandolo con necesidad, Katsuki no quería alargar más el tiempo, tomo a Izuku de la cadera haciendo que esté enredara sus piernas en su cintura, lo llevo al gran cuarto de baño donde lo dejo sobre la alfombra mullida que estaba ahí.

Izuku observo curioso, el cuarto de baño se abría directamente al clóset, y la zona media entre ambos estaba un espacio a modo de vestidor, sobre el suelo se extendía la mullida alfombra negra donde katsuki lo dejo, al frente estaba el espejo qué ocupaba todo lo alto y ancho de aquel espacio, al otro lado estaban un par de sillas de aspecto cómodo y un sofá largo.

Se miro fijo en el espejo observando como a su espalda Katsuki se retiraba su camisa y luego el pantalón quedando en boxer.

Las manos del alfa se posaron en su cadera sobre la básica que tenía puesta, jadeo sin despegar la vista del espejo cuando Katsuki deslizó sus manos debajo de la prenda de las fue subiendo en dirección a su pecho alzando la tela en el proceso, al final la tela fue retirada, el príncipe no se detuvo, colo con descaro su mano bajo los boxer

—Te gusta esto?— pregunto Katsuki— verte al espejo mientras te hago mío?— su mano se cerró en los cabellos nacientes de la nuca del Omega y tiro de ellos haciendo que esté soltara un gemido.

—Kacchan— jadeo Izuku sintiendo que sus piernas eran de gelatina, la erección del alfa se molia en su espalda baja y aquella vista de él tan sumiso le gustaba tanto, solo Katsuki podría tener tanto poder sobre él.

El alfa acomodo de perfil a Izuku y se arrodilló frente a él, sin vacilar deslizó la última pieza de ropa que había en el peliverde y tomo el miembro de este, al ser Omega era más pequeño y corto, lo introdujo en su boca comenzando una mamada que hizo a Izuku enredar su mano en sus cabellos

La respiración pesada hacia que Izuku emitiera pequeños jadeos algo que no le gusto a Katsuki— que pasa mi amor, tienes miedo que te oigan gemir

Izuku asintió con el sonrojo aumentando de tono, Katsuki río bajito y negó.

—Nadie te escuchará, solo yo, lo prometo, ahora deja que me deleite con tus gemidos— pidió haciendo que  Izuku aceptará al fin.

Poco después Katsuki le ordenó a Izuku arrodillarse de frente al espejo, el peliverde obedeció sin chistar, Katsuki había ya estirado la entrada de su Omega, entrar en él no fue difícil.

Rey AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora