ᴘʀᴏʟᴏɢᴏ

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—Rey alfa
—BakuDeku
—Au sin quirk/fantasía/omegaverse
🚩/🏳️ Amor/lazos/vidas conectadas/ destino/drama/ magia/futuro/reyes.
🤭Ligada a "El verano que más me amó"

Cuando su casta se reveló, junto a su alfa, una voz dulce y suave llego siempre susurrando lo mismo

"𝙀𝙣 𝙡𝙖 𝙨𝙞𝙜𝙪𝙞𝙚𝙣𝙩𝙚 𝙫𝙞𝙙𝙖, 𝙦𝙪𝙞𝙯á𝙨 𝙆𝙖𝙘𝙘𝙝𝙖𝙣 𝙨𝙚𝙖 𝙢𝙞 𝙥𝙧𝙞𝙣𝙘𝙞𝙥𝙚 𝙖𝙯𝙪𝙡, 𝙮 𝙣𝙪𝙚𝙨𝙩𝙧𝙖 𝙝𝙞𝙨𝙩𝙤𝙧𝙞𝙖 𝙨𝙚𝙖 𝙪𝙣 '𝙁𝙚𝙡𝙞𝙯 𝙥𝙖𝙧𝙖 𝙨𝙞𝙚𝙢𝙥𝙧𝙚' 𝙝𝙖𝙨𝙩𝙖 𝙚𝙨𝙚 𝙢𝙤𝙚𝙢𝙚𝙣𝙩𝙤, 𝙣𝙤 𝙙𝙚𝙟𝙖𝙧𝙚 𝙙𝙚 𝙗𝙪𝙨𝙘𝙖𝙧𝙡𝙤"

La primera vez que aquella voz apareció, una nostalgia lo embargó, era como si algo le fue arrebatado, como si debiera buscar a alguien más.

Conforme los años pasaron, aquella voz susurraba más fuerte hasta que un día se detuvo. Era como si su oportunidad se fue, una desesperación llegó a él.

Con el adiós de aquella voz llego un sueño, recurrente y doloroso, una tumba, nunca podía ver el nombre, solo veía la tierra recién removida y era su propia voz la que escuchaba.

"𝙏𝙚 𝙚𝙨𝙥𝙚𝙧𝙖𝙧é 𝙢𝙞 𝙧𝙖𝙮𝙤 𝙙𝙚 𝙡𝙪𝙯"

Y entonces finalizaba de forma abrupta.

Cuando su cumpleaños número veinte llegó, aquel sueño llevaba dos años en sus memorias, cuando se le sumo algo más, después de que su voz repitiera esas palabras, un par de hermosos e intensos ojos verdes aparecían, su corazón latía desbocado y su alma se agitaba, muchas veces despertó con su alfa rasgando su interior.

—Nuestro Omega— gruño una vez Dusē su lobo.

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Desde que tenía memoria sabía que algo en su pecho faltaba, más allá de lo físico había un vacío extraño.

Izuku nació en el seno de una manada de lobos fuertemente unida, su clan, los Vuk, era de las más grandes del lugar.

Su padre Yagi era el líder de esta y un miembro distinguido del consejo liderado por la alfa, la reina Mitsuki.

Izuku nunca pondría un pie ahí, era solo liderado por alfas, tampoco podría asumir el liderazgo de su manada de forma directa, su hermano Mirio seria quien tomaría las riendas al ser alfa.

No le molestaba aquello, aunque si creía que era algo injusto pues si Mirio por alguna razón no podía tomar el puesto, el alfa con quién lo han prometido sería quien tomaría las riendas.

"El alfa a quien lo prometieron"

Estaba comprometido con un chico llamado Keigo, un alfa de buena familia, no le disgustaba su presencia pero tampoco se amaban, solo tenían que cumplir un contrato que ellos no firmaron.

Por esa razón Izuku decidió ir a otro país a estudiar. Necesitaba disfrutar su libertad tanto como le era posible para poder asumir su rol como Omega una vez volviera a Japón.

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—Tienes 27 años Katsuki, debes elegir Omega, si tu destinado no ha aparecido es una pena pero sabes que la tradición es clara, el siguiente año subirás al trono y no podrás hacerlo si no estás enlazado— le recalcó Mitsuki

—Es una estupidez madre— gruño el alfa mientras acomodaba las vendas en sus puños para poder golpear con fuerza el saco de box que colgaba en aquella esquina de su gimnasio privado— en tiempos modernos, llenos de tecnología y avances, un rey no puede asumir su puesto si está soltero— había veneno en su voz ante el enojo de aquella tradición

—Asi es, y debes seguir las reglas, te daré tres meses, si en ese tiempo no encuentras a quien quieras, darás un baile y deberás decidir esa noche o lo haré yo— sentenció ella molesta saliendo de la habitación dejando con un humor de mil demonios a su hijo.

Katsuki termino rompiendo aquel saco mientras su lobo gruñía molesto.

—Deja de molestar perro sarnoso— gruño Katsuki robando una carcajada de Dusē

—No soy yo el único rabioso— soltó Dusē con ironía— matare a cualquier Omega que no sea el de ojos esmeralda, ojalá tu madre lo entienda o haré un desastre

Katsuki comenzo a reírse, su lobo era peor que él, no había amenaza en su vocabulario, atacaba sin piedad solamente, y siendo sincero, no le molestaba la idea de acabar con cualquier cosa que le quisieran poner de frente, no marcaría a nadie que no sea aquel dueño de sus sueños.

Rey AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora