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Los días pasaron en Hogwarts y los rumores comenzaron a circular por los pasillos, alimentando la intriga y la especulación entre los estudiantes. En un lugar donde las noticias viajaban rápido y las conversaciones se extendían como el fuego, los encuentros de Matheo y Shuuji con otros estudiantes no pasaron desapercibidos, especialmente cuando se trató de relaciones potencialmente románticas.

En el caso de Matheo, su encuentro con Wilbur, un estudiante de quinto año de Slytherin, no pasó desapercibido para los chismosos de Hogwarts. Wilbur era conocido por su encanto y carisma, y muchos lo veían como uno de los solteros más codiciados de su casa. Cuando Matheo comenzó a pasar más tiempo con él, los rumores comenzaron a extenderse, alimentados por miradas cómplices y conversaciones susurradas entre los estudiantes.

Se decía que Matheo y Wilbur compartían una química innegable, con gestos de afecto y complicidad que sugerían algo más que amistad. Los murmullos se extendieron por la sala común de Ravenclaw y más allá, alimentando la especulación sobre la naturaleza de su relación y el posible desarrollo de sentimientos románticos entre ellos.

Por otro lado, la relación de Shuuji con Chuuya, un estudiante de primer año de Gryffindor, también atrajo la atención de los chismosos de Hogwarts. Chuuya era conocido por su valentía y espíritu rebelde, y muchos lo veían como un desafío irresistible para Shuuji, cuya naturaleza reservada y misteriosa había intrigado a más de uno.

Se decía que Shuuji y Chuuya compartían una conexión inusual, forjada en la soledad y la necesidad de encontrar comprensión y aceptación en un mundo lleno de expectativas y prejuicios. Los rumores de su relación se extendieron rápidamente por los pasillos de Gryffindor, provocando miradas curiosas y susurros de admiración entre los estudiantes.

A medida que los rumores se intensificaban, también lo hacían las reacciones de aquellos que los rodeaban. Algunos estudiantes miraban con envidia y admiración a Matheo y Shuuji, impresionados por su capacidad para encontrar la felicidad y la conexión en un mundo lleno de desafíos y adversidades. Otros, sin embargo, miraban con desaprobación y disgusto, incapaces de comprender o aceptar la naturaleza única y especial de las relaciones de los dos jóvenes.

Los profesores y miembros del consejo mágico también observaban con interés los desarrollos en la vida personal de Matheo y Shuuji, conscientes del impacto que podrían tener en su bienestar emocional y su rendimiento académico. Algunos expresaban su apoyo y aliento, ofreciendo palabras de sabiduría y orientación a los dos jóvenes mientras navegaban por las complejidades del amor y las relaciones.

Por otro lado, algunos profesores y miembros del consejo mágico miraban con preocupación y cautela, conscientes de los desafíos y peligros que podrían surgir de las relaciones entre estudiantes de diferentes casas y trasfondos. Temían que las tensiones y rivalidades entre las casas se intensificaran, poniendo en peligro la armonía y la unidad en Hogwarts.

En uno de los pasillos menos transitados de Hogwarts, Matheo y Wilbur se encontraban envueltos en una conversación animada y llena de risas. La luz tenue que se filtraba por las altas ventanas iluminaba sus rostros con un brillo cálido y dorado, mientras compartían confidencias y risas en medio del ambiente tranquilo y apacible del pasillo.

Matheo estaba radiante, con una sonrisa luminosa iluminando su rostro mientras hablaba con entusiasmo con Wilbur. Su cabello pelirrojo brillaba a la luz del sol, y sus ojos oscuros centelleaban con una mezcla de emoción y alegría. Había un brillo especial en su mirada mientras miraba a Wilbur, un brillo que no pasó desapercibido para aquellos que pasaban cerca.

Wilbur, por su parte, estaba igualmente encantador, con su encanto natural y su carisma contagioso atrayendo la atención de Matheo. Su sonrisa era brillante y sincera, y sus ojos centelleaban con una mezcla de diversión y complicidad mientras compartía anécdotas y bromas con Matheo. Había una energía magnética entre ellos, una conexión palpable que llenaba el pasillo con una sensación de alegría y camaradería.

Ying y YangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora