"En tiempos oscuros, cuando la sombra se extienda sobre el mundo mágico, Dos almas opuestas emergerán de la neblina, envueltas en misterio. El ángel santo y el demonio maligno, en un baile de luz y oscuridad, Mostrarán facetas ocultas, en esta danza de dualidad.
El ángel, con sus alas doradas y su halo resplandeciente, Ocultará sombras en su corazón, una oscuridad latente. Deja que otros lo lastimen con sus palabras y sus acciones, Pero su bondad eterna nunca flaqueará en sus reacciones.
El demonio, con sus ojos en llamas y su risa siniestra, Guardará destellos de luz en su alma, una chispa en la penumbra. Solo se permite ser herido por su propia mano, En un acto de autodestrucción que lo sumerge en lo profano.
Juntos marcharán, dos fuerzas en conflicto, en una danza eterna, El ángel y el demonio, en una batalla interna. Con sus corazones entrelazados en un equilibrio precario, Encontrarán redención en la dualidad de su destino legendario.
En la hora más oscura, cuando el peligro aceche en la noche, El ángel abrazará las sombras, el demonio abrazará la luz. Y en su unión, encontrarán la fuerza para prevalecer, Derrotando al mal supremo, en una victoria que será recordada.
Que Hogwarts sea testigo de esta profecía, grabada en la historia, Donde la luz y la oscuridad convergen en una gloria transitoria. El ángel y el demonio, unidos en su dualidad, Guiarán al mundo mágico hacia una nueva realidad."
En el Gran Comedor de Hogwarts, la mañana brillaba con una luminosidad dorada mientras los estudiantes se congregaban para disfrutar del desayuno. Entre la multitud de rostros animados y conversaciones animadas, dos figuras destacaban entre la multitud: Matheo, de Ravenclaw, y Shuuji, de Slytherin.
Severus Snape, el profesor de Pociones y jefe de la casa Slytherin, observaba desde su posición en la mesa de los profesores, su mirada penetrante escudriñando cada movimiento de los dos estudiantes. Había algo en la forma en que Matheo y Shuuji interactuaban que lo intrigaba, algo sutil pero palpable que le hacía sentirse inquieto.
Matheo, con su cabello pelirrojo reluciente y sus ojos negros brillantes, estaba sentado con elegancia en la mesa de Ravenclaw. Parecía estar inmerso en una conversación animada con algunos compañeros de casa, su sonrisa amable iluminando su rostro angelical. Pero Snape notó que, a pesar de su apariencia serena, había una tensión apenas perceptible en sus hombros, como si estuviera llevando un peso invisible sobre ellos.
Por otro lado, Shuuji, con su expresión impasible y su mirada penetrante, estaba sentado con aire distante en la mesa de Slytherin. Observaba a su alrededor con una serenidad fría, como si estuviera en su propio mundo. Pero Snape notó que había un destello de vulnerabilidad en sus ojos oscuros, un atisbo de angustia que se escondía detrás de su máscara de indiferencia.
Mientras los estudiantes continuaban con su desayuno, Snape se mantuvo vigilante, observando cada gesto y movimiento de Matheo y Shuuji. Notó cómo Matheo se esforzaba por ocultar su incomodidad detrás de una sonrisa amable, cómo Shuuji se mantenía a distancia de sus compañeros de casa, como si estuviera protegiendo un secreto oscuro.
De repente, Snape vio algo que lo hizo fruncir el ceño. Matheo había dejado caer su tenedor con un ligero temblor en las manos, su rostro palideciendo visiblemente. Aunque trató de disimularlo rápidamente, Snape pudo ver la ansiedad en sus ojos, la lucha interna que estaba librando bajo su apariencia serena.
Al mismo tiempo, Shuuji se levantó de la mesa de Slytherin con un movimiento fluido, su expresión inexpresiva pero sus ojos brillando con determinación. Se dirigió hacia la salida del Gran Comedor con pasos firmes, su postura radiando una extraña mezcla de confianza y vulnerabilidad.
ESTÁS LEYENDO
Ying y Yang
FantasySolo escritos que hago sobre una RD de Hogwarts con un amigo, jiji.