CAPITULO 8

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JIMIN

Estaba inmóvil bajo el cuerpo de Nam quien me aplastaba en el césped del campo del instituto. Como todos los domingos, se suponía que entrenaba con su equipo pero todos se encontraban tirados bebiendo un poco de agua. Una bola de flojos, no había otra forma de describirlos.

—Realmente hueles pésimo —me quejé por vigésima vez.

—Es tu castigo por no haber ido al juego de Yasmin. —Sacudió su cabello haciendo que unas gotas cayeran en mi cara.

El sudor de mi mejor amigo se colaba por mi ropa y por más que le reclamara, él decía que me lo merecía. Al parecer estaba más indignado que Taemin por no haber asistido al juego.

—Te he dicho que de verdad no podía.

—Te he pedido que me digas el por qué y no me has dicho. — Nam atacó—. Parecía la pareja de él.

Su comentario causó una fuerte carcajada en mí, imaginándome a Nam apoyando a Taemin desde las gradas. No resultaba ser una escena muy agradable que digamos, pero sí chistosa. Tal vez otro día tendría la oportunidad de verlo y poder reír mientras grababa aquel espectáculo.

—En serio quería ir, pero las circunstancias me lo impidieron. —Hice una mueca.

Después de haberle dicho a nam que no podría ir me arrepentí, Jungkook estuvo después de un humor insoportable. Sin embargo, lo que había dicho de la luna era cierto, creo que jamás había visto algo tan hermoso como eso. Terminó contándome que el nombre lo sacó de una de sus bandas favoritas y me comentó que me llevaría a un viaje de la buena música un día de estos. Luego su humor se puso de los mil demonios cuando por fin me atreví a hablar sobre su marca en la muñeca.

«Creo que fue una gran equivocación».

—¡Kim! —La voz del hombre que se hacía llamar entrenador hizo que Nam se quitara encima de mí y todos se levantasen del césped—. ¿Qué hacen de flojos? ¡Muevan sus traseros y pónganse a entrenar! ¡Tienen que ganar un partido la próxima semana, perezosos apestosos! —Siempre solía llamarlos así y siempre terminaba burlándome cada vez que les gritaba—. ¡Kim!

—¡Voy! —Nam me miró, susurrando— Ese hombre está loco.

—¡Kim, quiero su trasero aquí!

—¡Le dije que ya voy!

—¡Quiero que grite así cuando ganemos!

Siempre me parecía cómica la relación que solía tener Namjoon con el entrenador, gritándole y él devolviéndoselo. Sin embargo, creo que era algo que los hacía sentir bien y lograr que los entrenamientos fuesen sencillos.

El equipo del instituto estaba dividido en dos grupos: el capitán mandaba al grupo A, que era el de Nam y el subcapitán al equipo B, quien era hoseok.

Mi mejor amigo se puso una venda en la muñeca y le dio una señal a su grupo. Segundos después el balón salió volando, provocando que todos empezaran a correr. El entrenador venía hacia las gradas donde yo me encontraba sentado y me miró.

—¿Crees que ganemos? —me preguntó mientras tomaba un poco de agua.

—Sí. —Mecí mis piernas.

— Yimin,.¿podrías pasarme la mochila que tienes a un lado? —pidió indicando mi lado derecho.

—Es Jimin, no Yimin —corregí por décima ocasión pasándole lo pedido.

Solía cambiar la J por la Y en mi nombre, era algo que odiaba, pero igual algo a lo que ya me acostumbraba viniendo de aquel hombre.

—Lo sé, lo sé.

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