Capitulo 6

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YoonGi parpadeó, entreabriendo los ojos. Su cabeza le mataba, y su boca se sentía tan seca como la arena. Se frotó los ojos sintiendo cómo su mente atravesaba por entre una niebla.

—Ah, estás despierto.

Parpadeó rápidamente hasta que pudo enfocar. La primera cosa que notó fueron las brillantes barras que lo rodeaban. La segunda fue un horrible dolor en su abdomen. YoonGi se llevó la mano a su abdomen. Sintió los puntos que lo recorrían desde su ombligo hasta su hueso púbico.

—No necesitas preocuparte. En realidad el procedimiento salió muy bien. Muy bien. —El hombre parado frente a YoonGi sonreía cínicamente mientras escribía en un cuadro de gráficos. YoonGi llevó sus manos hacia las barras y se dio cuenta de que estaba en una jaula. Revisó en su memoria pero no podía recordar cómo había llegado aquí.

—¿Dónde estoy?— YoonGi preguntó a través de las barras.

—Eso no importa. —El hombre con una bata blanca de laboratorio se giró hacia alguien más que parecía un guardia—. Mantenlo vigilado. No quiero que nada malo le suceda.

—Si, señor. —El corpulento guardia asintió hacia el hombre con la bata blanca de laboratorio que veía a YoonGi de arriba abajo con una cínica sonrisa en sus labios.

YoonGi se estremeció, moviéndose hacia la parte de atrás de la jaula y notando al mismo tiempo que estaba completamente desnudo. Se acurrucó subiendo las piernas hacia su pecho para esconder lo que de seguro le había mostrado a todos en el cuarto.

Sus ojos revisaron el lugar. Había tres hombres más en el cuarto aparte del hombre de la bata blanca de laboratorio y del guardia. Los otros tres usaban trajes de cirugía. ¿Estaría en un hospital? No podía ser, si así fuera no estaría en una jaula.

—¿Por qué estoy aquí?— YoonGi intentó una vez más que alguien le respondiera.

—Doctor Kang, por favor dele algo al sujeto de prueba para mantenerlo callado —dijo el hombre con la bata blanca de laboratorio y cruzó el cuarto. Los ojos de YoonGi se movían hacia todos lados, notando los tubos y pipetas de laboratorio y una, al parecer, fría mesa de acero y muchas máquinas.

Estaba en un laboratorio, la peor pesadilla de los shifters. ¿Quiénes eran ellos y cómo había llegado hasta aquí? Pero la pregunta más importante era, ¿qué le estaban haciendo?

De nuevo buscó en sus recuerdos pero estaban en blanco. Cubrió su boca con su mano para ahogar el llanto que pudiera salir mientras se daba cuenta que no podía recordar muchas cosas. Sabía que su nombre era YoonGi. Y también sabía que era un lobo shifter. Más allá de eso su memoria era borrosa.

Una cosa si sabía con certeza y era que él tenía que salir de aquí. Una abrumadora sensación de pérdida lo recorría, pero no sabía por qué. Algo quería llegar con fuerza hasta su memoria pero se alejaba cada vez que YoonGi se acercaba.

Su pecho se oprimía con la sensación de perder algo importante para él. ¿Pero qué?

Mirando el frente de la jaula, vio lo que asumió era una cerradura eléctrica. Está bien, quebrar eso no iba a funcionar. Tendrían que dejarlo salir, si no ¿cómo iría al cuarto de baño? Por los puntos él asumió que lo habían examinado.

YoonGi tragó saliva ante las ramificaciones de lo que ese lugar significaba. Los humanos sabían acerca de los shifters. Sus ojos se atrevieron a mirar al hombre al que le decían doctor Kang que se aproximaba a la jaula con una jeringa en la mano.

—Ábrela —el doctor Kang le ordenó al guardia. YoonGi trató de apartarse todo lo que pudo, pero el guardia lo alcanzó y lo jaló hacia la parte frontal de la jaula.

Manada Park #13Donde viven las historias. Descúbrelo ahora