Capitulo 7

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Se despertó sobresaltado con el aroma de shifters. YoonGi miró alrededor y no vio nada. Sus ojos revisaron el cuarto. El doctor Kang permanecía en el escritorio en el que estaba trabajando, con una lámpara para la noche encendida sobre su escritorio mientras revisaba archivos.

In estaba adormilado en una silla junto a la puerta. Su mentón descansaba sobre su pecho, entonces abruptamente levantó la cabeza y miró alrededor, solo para volver a dejar caer el mentón.

YoonGi sabía que era aroma de shifter. Su olor era único. Pero era más de uno. Por el aroma en el aire. Podría decir que eran tres. Miró de nuevo al hombre tras el escritorio, el hombre obviamente solo estaba atento a lo que leía. Otra mirada al guardia le dijo a YoonGi que se había dormido rápidamente.

¿Tendrían otros guardias aparte de In? Sería extenuante tener turnos de veinticuatro horas los siete días de la semana.

YoonGi levantó la mirada cuando vio que se movía el ducto de ventilación. Era lo suficientemente largo para que albergara los cuerpos de tres personas. El gran marco con rejilla se movió unos centímetros de la pared, abriéndose lentamente. Rápidamente miró al doctor para ver que seguía absorto en los papeles entonces miró de nuevo al guardia que roncaba.

YoonGi casi jadea, cuando una cara salió con un dedo índice en sus labios indicándole el shifter que quería que YoonGi se quedara en silencio. Como si fuera a dejar que esos tipos del laboratorio supieran que había llegado visita. No era probable.

Todo un cuerpo salió y otro comenzó a salir. YoonGi se deslizó más cerca a la puerta de la jaula, rezando para que funcionara, lo que sea que hubieran planeado y así él podría ser liberado.

El primer hombre quien tenía una bandana7 en la cabeza, llegó junto a In quebrando el cuello del guardia en un milisegundo. Qué mal que el guardia no sufriera. YoonGi sentía eso, si él hubiera tenido la oportunidad, In hubiera tenido un dolor sin paralelo. No había compasión hacia ese humano en él.

El shifter con la bandana llegó junto a la jaula y vio el teclado de la cerradura. YoonGi contuvo un gemido antes de que saliera. Quería salir. Los otros dos shifters finalmente emergieron y se acercaron a la jaula.

—¿Puedes lograr abrirla?— murmuró el último que salió del ducto de ventilación.

—Eso creo. Muévete hacia atrás, cachorro.

YoonGi se deslizó hacia atrás, incluso cuando cada célula de su cuerpo luchaba contra eso. La urgencia de quedarse cerca a la puerta de la jaula era fuerte. Abrió aun más sus ojos cuando el hombre con la bandana jaló el teclado hasta que lo arrancó.

Joder, ¿Quiénes eran esos hombres? No tenía más remedio que confiar en ellos si quería su libertad, pero esa muestra de fuerza lo hizo preocuparse.

—Vamos, cachorro. —El hombre con la bandana le dijo a YoonGi. Se deslizó hacia la puerta, incapaz de ir más lejos.

—No puedo. Estoy demasiado débil. —YoonGi sintió como si fuera a llorar. La libertad estaba tan cerca.

—Te tengo, cachorro. —El hombre con la bandana jaló a YoonGi a sus brazos. Necesitaba ropa, pero esa era solo una necesidad secundaria con respecto a salir como alma que lleva el diablo de aquí.

YoonGi miró hacia el escritorio, el doctor roncaba suavemente descansando la cabeza sobre los papeles que había estado leyendo.

Uno de los tres subió al ducto y estiró los brazos para tomar a YoonGi. El hombre lo sostuvo y levantó a YoonGi, ayudándolo a entrar. ¿Ahora qué se suponía que iba a hacer? No había manera de que él tuviera la fuerza necesaria para arrastrarse por el ducto.

Manada Park #13Donde viven las historias. Descúbrelo ahora