Capitulo 1

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Eso es. Chupa mi pene. —Jimin rodó la cabeza hacia atrás. Esto era vida. Libertad para joder a quien quiera, cuando quisiera y sin pareja que lo atara. Agarró un puñado de cabello de quien estaba arrodillado frente a él mientras empujaba más profundo su pene en la garganta del extraño.

Comenzó a bombear hacia la caliente caverna de la boca. Jimin se subió el cierre y abrió la puerta del cubículo en el cuarto de baño. El chico era caliente y oh tan deseoso. ¿Quién era Jimin para negarse?

Bailó de regreso al centro de la multitud, amaba la manera en que los cuerpos se movían, como si los bailarines estuvieran teniendo sexo ahí en la pista. La música vibraba a través de él, haciendo que estuviera duro de nuevo. Había un sinfín de voluntariosos cuerpos y todo lo que deseaban era complacer a alguien como él. Todo lo que Jimin tenía que hacer era señalar a algún hombre, señalar el cuarto de baño, y eran suyos.

La parte donde ellos esperaban seguir durante más tiempo que una jodida apenas era registrada en el cerebro de Jimin.

Solo un hombre podría tener su cuerpo y su alma, su pareja. Y dado que aún no se aparecía, Jimin estaba disfrutando la vida.

—¿Quieres joderme?

Jimin sonrió cuando el chico presionó su pene contra su cadera. Lanzó sus manos al aire, permitiéndole al delgado hombre frotarse en él como un perro.

No le importaba quién lo viera. La privacidad era reservada para su pareja. Jimin tenía un buen cuerpo y a él no le importaba mostrarlo.

El club se sentía vivo, golpeando con un seductor ritmo tan intenso que él sólo podía contestar el llamado.

Cuando el chico se deslizó detrás de él, le gruñó y le dijo:—Yo estoy arriba no tú.

—Lo siento. —El chico movía su cuerpo alrededor, moviendo las caderas al ritmo de Jimin, pasando sus manos por el pecho de Jimin. Sus penes se sincronizaron con el ritmo del club. La fuerza de su lujuria aumentó.

El Alfa Chanyeol le había advertido que algún día sus hormonas vendrían a morderle el trasero. Jimin se carcajeaba. Eso aún no sucedía. Trataría con eso cuando eso llegara.

—¿Cuarto de baño?— preguntó el chico mientras se empujaba hacia Jimin. El hombre estaba todo sobre él, sus manos por todos lados como el de un pulpo.

—Ve allí —Jimin demandó. El pequeño putito estaba demasiado feliz corriendo en esa dirección. Jimin bailó un poco más, moviendo sus caderas de un lado a otro, dejando que la música sedujera su cuerpo y lo reclamara para la noche.

Lentamente caminó entre la multitud y abrió la puerta del baño. El chico estaba frente al lavabo con los pantalones en los tobillos e inclinado, oh tan encantador. Jimin no desperdició el tiempo. Sin besos, ni promesas o complicaciones. Todo esto era sexo anónimo. Sucio, sexo anónimo.

Jimin bajó sus jeans a las rodillas, no le importó quién pudiera entrar. Es más. Eran bienvenidos a la diversión. El chico ya estaba lubricado y estirado. Probablemente había acabado de ser jodido por alguien más.

No importaba, Jimin era un lobo, incapaz de atrapar enfermedades humanas. Jimin tomó su pene, le dio un ligero apretón por la emoción de eso, entonces guió su eje al interior del cuerpo del pequeño hombre. Le molestó que el chico ni siquiera preguntara sobre los condones. Aunque Jimin no podía trasmitir ni contagiarse de enfermedades, el hombre debería ser más cuidadoso con su jodida vida. Jimin nunca entendería por qué alguien era tan poco cuidadoso con la única vida que ellos tenían.

—Oh, joder, eres enorme. —El chico se subió más en el mostrador, levantando el culo al aire para que Jimin entrara más profundo. Jimin tomó sus caderas, empujando su pene dentro del chico. Sus ojos estaban cerrados mientras su mentón tocaba su pecho, dejándose ir.

Manada Park #13Donde viven las historias. Descúbrelo ahora