Aquel lunes tenía que apurarme para llegar a la oficina por la evidencia y luego dirigirme al laboratorio donde analizarían la muestra de ADN que según mi compañero, le pertenecía al asesino.
Salí de casa y me dirigí a mi auto, cuando pude ver que las cuatro llantas de este fueron ponchadas. Debió haber sido algún niño del vecindario, pero creo que yo nunca les hice nada. Siempre fui educada y muy amable con todos en la zona.
Entiendo que a veces los ciudadanos tienen problemas con los fiscales porque creen que todos fingimos trabajar y en realidad tenemos el poder de robar a nuestro antojo. Supongo que existen esos fiscales, pero yo no soy uno de ellos.Decidí que esa muestra tenía que analizarse este mismo día aunque yo no pudiera llegar a tiempo. Al final encontré la solución. Esta fue llamarle al colega que me habló de la evidencia.
—Adrián, no creo llegar a tiempo para recoger la evidencia.
—¿Todo en orden, ___?
—Si, solo es un contratiempo, no te preocupes —respondí dirigiendo la mirada hacia una de las llantas —¿Puedes llevar la muestra? Necesito que se analice hoy mismo.
En esa llamada llegamos a la conclusión de que era lo correcto para que la muestra entrase al laboratorio ese mismo día. Al final, no importa quien se lleve mas protagonismo en el trabajo de encontrar al asesino. Lo importante es cerrar ya ese caso.
Llamé al seguro para que pudieran llegar y cubrir todo lo de la llanta, porque yo no pensaba pagar el coste completo.
Cuando el seguro llegó, me cuestionaron como si creyeran que yo arruinaría mis llantas nuevas para que tengan que cubrir el gasto. Al final solo pude llegar a un acuerdo, el seguro cubriría el 50% del daño causado. Es mejor que nada.Con lo tardado que fue el tema con el seguro, no me fue posible llegar ese día a la oficina. No era algo que estuviese en mis manos. Tampoco quería faltar, pues era un día significativo para la investigación.
Como yo adopté la costumbre de contarle a Daniela, le terminé enviando un montón de audios hablando de lo que ocurrió con el auto, pero parecía estar muy ocupada para responder.Más tarde, recibí una llamada desagradable de parte de alguien de la oficina. No me esperaba que algo así pudiera pasar.
—___, Adrián fue internado en el hospital.
—¿Qué? ¿Qué pasó?
—Lo asaltaron mientras caminaba a la entrada del laboratorio —escuché por la otra línea mientras mi colega hablaba con la respiración un tanto agitada —lo apuñalaron y le quitaron todo lo que llevaba consigo.
—¿Eso incluye la muestra de ADN?
—¿Qué importa eso, ___?
—Olvídalo, envíame la dirección del hospital.
Salí inmediatamente de casa y tras recibir la dirección del hospital, no dudé en ir a buscar a Adrián, el que fue asaltado. Espero que se encuentre bien y la muestra de ADN siga con él en esa bolsa de plástico.
—Lo siento, ___, la muestra estaba en el portafolio —aquellas palabras fueron las que me quitaron la esperanza de poder resolver este caso en algún momento.
—No importa, era solo una muestra, lo importante es que estés bien —dejé escapar un pesado suspiro para liberar tal estrés y olvidar la decepción de haber perdido la pieza de evidencia determinante de este caso.
Me quedé por un momento con Adrián y yo llegué a la conclusión de que ese asalto no fue para retirarle cosas con valor monetario. Pensé que se trataba de deshacerse de la evidencia, pero era imposible que alguien supiera de la existencia de esta pieza.
Con eso pude sospechar que el asesino estaría más cerca de lo que podíamos esperar. Inmediatamente pensé en algún conocido de la fiscalía o de mi equipo de investigación. Lo más posible sería que alguien no estaba siendo tan confidencial con la información del caso.Saliendo del cuarto de hospital donde Adrián tendría que quedarse por un par de días, recibí una llamada de parte de aquel compañero que renunció a este caso.
—___, ¿Te puedo pedir algo? No quiero ofenderte.
—Pues no me ofendas, ya dime —no sabía si podrías aguantar un comentario negativo, pero debía escucharlo.
—Deja el caso, tú y yo sabemos que ese asalto no fue como cualquiera —se quedó en silencio por un momento —si no quieres que te pase lo mismo, entonces ya renuncia, porque vas a terminar encontrando lo que llevas tanto tiempo buscando.
—Esa es la intención, encontrar al asesino —respondí con un tono algo golpeado, no me dio gusto su comentario —¿Sabes qué? Mi día estuvo espantoso, mejor hablamos mañana en la oficina.
Después de cortar la llamada, me dirigí sin pensarlo dos veces a casa de Daniela. No sabía si ella estaba ocupada y tampoco llegó a pasar esa idea por mi mente. Después de un día de mierda, necesitaba verla.
En cuanto Dany abrió la puerta, pude ver una expresión de sorpresa en su rostro, luego siendo reemplazada por una de sus mejores sonrisas.
—___, no esperaba verte hoy.
—Lo siento, vine sin avisar, es que tuve un día muy malo, quería verte —tras confesar aquello, noté que la mirada de la contraria cambió un poco, pensaría que no le disgustó pensar en que es la persona a la que quiero ver para mejorar las cosas.
Nos adentramos para llegar a la sala de Dany y sentarnos en el sofá bastante cerca una de la otra. Parecía que Dany acababa de darse un baño por su cabello que no estaba del todo seco.
—Apuñalaron a un camarada por mi culpa.
—¡¿Qué dijiste?! —preguntó al escuchar aquello salir sin contexto alguno.
Le terminé contando sobre lo ocurrido con Adrián, incluyendo el hecho de que yo debí ser la que terminase llevando esa muestra al laboratorio.
—No fue tu culpa, y es mejor que a ti no te pase nada —su mano fue a acariciar mi mejilla, lo cual me hizo voltear a verla —no me gustaría verte en una cama de hospital.
La tensión entre nosotras era imposible de ignorar, ese momento me hizo estar casi segura de que la rubia me desea tanto como yo la deseo a ella.
No tuvimos que expresarlo con palabras. Mi contraria posicionó una de sus manos en mi mentón para levantar este un poco y sin preguntar se acercó hasta acabar con la distancia que había entre nosotras. La unión de nuestros labios fue perfecta, delicada y como si fuéramos dos piezas hechas para encajar una con la otra.
Los movimientos de mis labios se emparejaron con los de ella y eventualmente tuvimos que separarnos por falta de aire.—¿No te quedas a cenar? —preguntó como si no hubiera pasado nada anteriormente.
—Claro, te ayudo a cocinar.
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Ay, hola, actualicé muy pronto porque me puse creativa, pero no creo actualizar diario, buen día guapetones.
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Crimson Heart (Daniela Villarreal)
Fanfiction(Historia corta) Una fiscal con un caso complicado decide salir para relajarse un rato y termina conociendo a Daniela Villarreal, una chica radiante que en tan poco tiempo logró que no pudiera dejar de pensar en ella.