Crimson Heart (Daniela Villarreal)

Capítulo IX

Los días con Daniela se convirtieron en mis favoritos. Ella era mi sueño, no había duda de que ella y yo éramos almas gemelas.
Dany era el sol de todos mis días, no podía imaginarme el amar a alguien tanto como amo a esa chica.
Amor, una palabra que define algo superior al cariño. Muchos aprenden a querer, pero muy pocos llegan a poder amar adecuadamente. No estoy segura de poder amarla de la forma ideal, pero hago mis intentos. No quiero dejarla ir.

En el ámbito laboral, las cosas siguieron como siempre. Un caso sin resolver y en el que no había podido llegar a nada.
Recordando, el asesino cometió un error y pudo resolverlo aunque supuestamente fuese muy tarde. Todo estuvo siempre a favor de tal sujeto.

No puedo saber precisamente en qué momento, pero parecía que la evidencia me tenía dando vueltas y vueltas. Siempre que creí llegar a algo nuevo, notaba las huellas que me hacían saber que ya pasé por esa hipótesis anteriormente.
Llegué a creer que estaba atrasando y perdiéndome en el caso intencionalmente, pero eso no tendría sentido cuando lo único que quiero es cerrar el caso.
Tener una lista de sospechosos me costó tanto que terminé ignorando ese paso. Me duele el pecho cada que pienso en nuevas características del ignoto.
Hay detalles que no había querido ver, tenía miedo de llegar al fondo de todo esto.

...

—Yo digo que me toca elegir la película.

—¿No vas a dejar que elija algo yo? Que fea —respondió Dany mientras una sonrisa no se desvanecía de su lindo rostro.

—¿Y si vemos Los Juegos del Hambre?

Finalicé nuestra divertida discusión eligiendo una película que sabía que nos gustaba a ambas. Ese es un intermedio, así podemos decir que prácticamente gané.

—¿Me acompañas a la cocina por papitas y dulces?

—Después te alcanzo, tengo que ir al baño, bonita —respondí y me acerqué a su rostro para dejar un beso en la comisura de sus labios —¿Puedes ir preparando unas palomitas?

Dany se retiró de la habitación y yo suspiré como si hubiera estado aguantando el aire por tanto tiempo. No es husmear lo que haría, solamente quería sacarme de dudas y dejar de sentirme culpable.

Es justo lo que parece. Me di cuenta de que llevaba un buen tiempo reteniendo e ignorando evidencia por la culpa que sentí.
Me vi obligada a registrar silenciosamente la habitación de la persona que parecía confiar plenamente en mí. No sabía si después de asegurarme de que ella no tuviera que ver con el caso podría confesarle que llegué a sospechar de ella. Si yo fuera Dany, terminaría la relación y estaría tan ofendida de ser sospechosa.

Algo en mí se arrepintió de desconfiar de Daniela. Recordé su sonrisa que no irradia más que sentimientos hermosos. El alma de la mujer a la que amo no podía estar podrida, y si lo estuviera, accedería a pudrirme con ella.
Detuve la búsqueda para ir a la cocina con mi novia y seguir con este buen día que estábamos pasando juntas.

—Oye, te amo —hablé para acercarme y abrazarla con fuerza.

Mis brazos envolvieron su cintura con fuerza. Mi rostro se ocultó en el hueco de su cuello para poder embriagarme en su aroma. Ese aroma lo podría reconocer entre millones.
Nos quedamos abrazadas por un par de minutos, hasta que me di cuenta de que la estaba apretujando mucho. Eventualmente decidí soltarla.

—Yo también.

Después de esa pausa, terminamos de servir lo que queríamos comer mientras veíamos nuestra película favorita.
Esa cita en su casa fue una de las mejores que tuvimos.