Capítulo VII

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Apenas llegando a mi oficina, el jefe estaba esperándome. Inmediatamente pensé lo peor. Tal vez venía a hablarme sobre el caso que llevo un buen rato sin poder acelerar. Entendería que quiera meter presión, pero de verdad necesito tiempo para reorganizar todo y llegar a una conclusión.

—Jefe, ¿Le puedo ofrecer una taza de café?

—No es necesario, vine solamente a hablar contigo, ___ —respondió mientras se sentaba en una de las sillas al otro lado del escritorio.

Mi mirada siguió cada uno de sus movimientos, estaba intentando averiguar lo que saldría de su boca en forma de palabras.

—No te alarmes, no hiciste nada, de hecho quiero que te relajes un poco —parece que notó lo ansiosa que estaba, por lo que terminó aclarando todo —necesito que por lo menos esta semana dejes descansar el caso, no te está ayudando el estar aquí hasta tarde.

—Disculpe, ¿Usted cómo sabe que me quedo hasta tarde? No suele estar en estas oficinas.

—Hay gente que se preocupa por usted, y de verdad necesito que se tome al menos el resto de la semana para descansar, le prometo que no perderá el caso.

Aquella conversación me dejó clarísimo que algún compañero estuvo hablando de lo mucho que me he esforzado. No entiendo por qué sería malo desvelarse por trabajo, pues eso demuestra que soy una persona muy dedicada.

Tuve que aceptar la decisión del jefe sin reprochar, pero de verdad no estaba nada contenta con eso de dejar de trabajar por unos días. El disgusto se pasó cuando recordé que así podría descansar bien y pasar el rato con la mujer que me gusta.

Desde que ambas aclaramos lo que sentíamos la una por la otra, no habíamos podido vernos. No intenté buscarla por vergüenza y un poco de ansias de hacer algo mal ahora que ya sabemos que nos gustamos.
Hacía ya un buen tiempo que el trabajo era mi prioridad, pero desde que conocí a Daniela he querido pasar más tiempo con ella del que paso en la oficina. Claro, aún me cuesta soltar mi vida laboral, pero soy capaz de hacerlo. Si mi jefe me hubiera pedido descansar hace un año, lo más seguro es que me habría quedado ansiosa en casa al no poder ir a la oficina. Afortunadamente tengo a Daniela y quiero dedicarle el tiempo que ella me permita.

Le envié un mensaje a Daniela saliendo de mi oficina, le pregunté a qué hora podíamos vernos y me dijo que hasta que ella saliera del trabajo, lo cual me esperaba.
Después de recibir una respuesta, le pregunté si quería ir a un lugar en específico. Me dijo que tal vez podríamos ir al cine para ver algo, comer palomitas y relajarnos un rato. Claro que accedí.

Estuve todo el rato en casa, pensando en qué decirle al vernos. Necesitaba que todo fuera perfecto, incluso mi atuendo.
Dos horas antes de la hora en que quedamos, estuve eligiendo la ropa que me quedaría bien. Mi indecisión me llevó a dejar una pila de ropa en mi cama antes de salir.
Me aseguré de llegar a la entrada del cine diez minutos antes de la hora acordada, quería verme atenta y no hacerla esperar.

—¿Cómo llegas antes que yo? —pregunté en cuanto vi a Daniela ya en la entrada del cine.

Agregué una nota mental para asegurarme de llegar media hora antes en la próxima cita. Daniela no puede ganarme en eso. Si hiciera falta, llegaría hasta una hora antes.

—Supuse que eras de las que llega antes y quise ganarte —respondió con una sonrisa victoriosa.

—No es competencia.

Con esa ridícula e insignificante discusión, terminamos riéndonos de nosotras mismas.
Me detuve un momento para ponerle atención a lo bonita que se veía mi contraria. Al haber estado trabajando, llevaba puesto un conjunto casual y su cabello recogido en una coleta alta. Definitivamente se trataba de la mujer más bonita que he visto en toda mi vida.

Dany eligió una película llamada Anatomía de una caída, la cual no se veía nada mal. Era una película de dos horas y media, lo cual significa que son dos horas y media disfrutando de la compañía de la mujer que me gusta.
La película trataba de un evento desafortunado que terminó en la muerte del marido de la protagonista. Durante toda la película se mostró evidencia que inculpaba a la protagonista y se habló de que la muerte del marido fue intencionada.

—¿Eso es lo que haces en tu trabajo?

Volteé a ver a mi contraria en cuanto me preguntó aquello. En la escena estaba el fiscal, siendo el personaje más desagradable de toda la película.

—Casi no voy a la corte, pero si, he estado en esas situaciones —respondí para sonreírle.

La poca luz me permitía mirar el perfecto rostro de Dany. Si tuviera que elegir lo que más me gusta de ella, probablemente estaría entre sus ojos, su sonrisa y hasta su nariz.

—¿Sabes que me estoy enamorando de ti?

Su repentina confesión causó tanto en mi cabeza y en mi lenguaje corporal. No sabría decir si Daniela se dio cuenta, pero creo que hasta mis manos sudaban de los nervios.

—¿De verdad? —pregunté en un susurro, aunque la sala estuviera casi vacía.

—Finges no darte cuenta, pero ya debiste haber notado que estoy loca por ti —pausó sus palabras para acercar una mano a mi rostro y terminar posándola en mi mejilla —quiero estar contigo.

—Yo también quiero.

Su otra mano terminó tomando el otro costado de mi rostro y me atrajo hacia ella para unir nuestros labios en un beso un tanto necesitado.
Mis ojos se abrieron un poco de más por la sorpresa de su repentina acción, pero eventualmente se cerraron para sentir aquel beso hasta lo profundo de mi corazón.

El resto de la película, disfrutamos de la compañía de la otra. Estuvimos entre puros abrazos, besos y caricias.
En cuanto esta terminó y se prendieron las luces en la sala, Daniela se levantó y me extendió su mano para que la tomase y saliéramos juntas de la sala.
Aquellos momentos con Dany estuvieron de lo mejor. Solamente quisiera saber si oficialmente somos pareja.


Y eso fue todo por hoy, por fin son novias pero nuestra prota no está segura. Sigan leyendo mis actualizaciones, los quiero.

Crimson Heart (Daniela Villarreal)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora