Capítulo I

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Los papeles desordenados en el escritorio, en la pizarra y el hilo que hacía por conectar los puntos para llegar al asesino ya me habían abrumado. A este paso, nunca llegaría a una respuesta.

El caso se me entregó hace un par de meses, después de que uno de mis colegas renunciase a este. Aposté con él a que lograría dar con el asesino, pero ese fue un momento en el que me tuve demasiada confianza. Actualmente puedo ver la complejidad del caso y entender por qué llevan un par de años intentando dar con el autor de los múltiples crímenes.
Al principio creí que se trataba de alguna banda de narcotraficantes que se pusieron creativos en la manera de torturar a sus víctimas. Digo, tenía sentido el que la fiscalía no encontrase respuestas. Yo creía que tenían algún acuerdo con los culpables para evitar encontrarlos, pero en cuanto me asignaron el caso, supe que no podía estar más equivocada.

El estado en que encontrábamos a las víctimas me hizo creer que era algo personal, pero ninguna de las víctimas tenían amigos o familiares en común. Tal vez el criminal era algún hombre que se dedicaba a relacionarse con las víctimas para luego terminar arrebatándoles la vida. Me parece que eso tenía sentido, pues todas las víctimas han sido mujeres en un rango de edad de entre veinte y veinticinco años.

—¿Ya encontraste al asesino? —apareció mi colega, haciéndome pegar un brinco del susto.

—No, pero no me voy a rendir, lo juro —respondí antes de sonreírle al contrario. Era una sonrisa que transmitía mi estrés más que nada.

—Yo creo que ya trabajaste mucho por hoy, deberías venir con nosotros —sus palabras me hicieron mirarlo con confusión.

—¿A dónde van y por qué me entero hasta ahora? —pregunté mientras me dedicaba a tomar fotos de los papeles en el escritorio y de la pizarra con el hilo mal conectado.

—Es cumpleaños de la de recursos humanos, deberías venir, iremos al karaoke.

Lo del karaoke me convenció, hace mucho no tenía una noche divertida. Supongo que liberaría un poco de estrés cantando y escuchando a gente ebria cantar de esas canciones de señora despechada.

No me dio gusto ir al karaoke en la ropa que usé en el trabajo. De pura suerte, ese día elegí un buen conjunto, aunque un tanto aburrido por los colores tan apagados.

Mientras más tarde se hacía, más era el alcohol que entraba en mi sistema. Lo necesitaba todo para tener una noche divertida.
El plan no era embriagarme, pero fue algo que se dio naturalmente.

—Hola, ¿Puedo sentarme aquí? —miré hacía arriba para ver a una rubia señalando la silla vacía que estaba junto a mí.

—Claro, está desocupado —le sonreí a la contraria y recorrí hacia atrás la silla para que pudiera sentarse.

No sé si era el alcohol en mi sangre o si ella era la mujer más bonita que vi en toda mi vida. Me preocupó estar lo suficientemente ebria como para no poder coquetearle sin arruinarlo.

—Me gustan tus aretes, son bonitos —hablé intentando hacerle plática.

En aquella situación lo complicado sería ver algo en ella que me hiciera saber que le gustan las mujeres. Son incontables las conversaciones incómodas que he tenido al asumir que podía acercarme con esas intenciones a una chica, para que resulte ser heterosexual.

—¿De verdad? Muchas gracias, bonita.

Me le quedé mirando sin disimular lo deslumbrada que me dejó esa bonita sonrisa que incluso opacó el hecho de que me dijera "bonita".

Sin darme cuenta, estuvimos un par de horas hablando y haciéndonos compañía mientras nos hacíamos preguntas bastante triviales.
Todo terminó cuando se acercó mi colega, pues habíamos quedado en que él me haría el favor de llevarme a casa si llegaba a embriagarme de más y yo manejaría su auto si el caso era al revés.

—___, ¿Lo conoces? ¿Vas a estar bien yéndote con él? —preguntó la rubia bonita mientras tomaba mi antebrazo antes de que mi colega pudiera ayudar a que me levantase.

—No te preocupes, Dany, es mi buen amigo.

—Bueno... si necesitas algo, por favor mándame un mensaje o llámame —la contraria me dio su celular desbloqueado para que yo guardase mi número. Procedió a llamar a este número para que yo tuviera registro del suyo.

Después de despedirme de la chica que conocí esa misma noche, mi colega me ayudó a salir del lugar y terminamos yendo directo a su auto para finalmente ir en dirección a mi casa.

—Tu nueva amiga está muy bonita, ¿Me la presentas? —fueron las palabras que salieron de la boca de mi compañero después de un rato bastante silencioso. Parece que estuvo pensando en cómo me pediría aquel favor.

—No, yo la vi primero —respondí riéndome de su petición. Si Dany fuera heterosexual, claro que se la presentaría, pero si tengo oportunidad con ella, seré la persona más egoísta posible.

El resto del camino solo pude escuchar la música del estéreo del auto y a mi amigo cantando bastante alegre. Sabía que no le molestaría que no quisiera presentarle a Dany, nunca nos hemos peleado por pequeñeces.

No recuerdo bien como llegué a mí cama, pero me desperté con la ropa del día anterior y con una resaca terrible.
Me senté en la orilla de la cama y dejé que mis pies tocaran el frío suelo para prepararme mentalmente antes de abandonar mi cómoda cama.
Volteé hacia mi mesita de noche, ahí estaba mi celular. Tomé este y me di cuenta de que tenía un montón de mensajes del mismo número. Era Daniela, la chica que conocí anoche.

___, solo quería saber si llegaste
bien a casa.

No te llegan los mensajes, todo ok?

___, ya me preocupaste un poco

Hola Dany, no te preocupes,
es que me dormí apenas llegué
a casa, estoy bien.

No pensé que la rubia de anoche se acordaría de mí. Yo me fui con la idea de que no hablaríamos de nuevo, o lo haríamos solo si llegábamos a reencontrarnos.

Escuché mi tono de llamada y me fijé en la parte superior de la pantalla que se trataba de Daniela. No me tardé ni dos segundos en contestar.

—¡Hola, Dany!

—___, disculpa que te llame tan de pronto, pero quería saber si tienes algo que hacer.

—Pues no tengo planes para hoy, ¿Por qué lo preguntas? —crucé mis dedos esperando que fuera lo que yo pensaba.

—¿No te gustaría salir conmigo hoy? Mis hermanas me hablaron de una cafetería de Hello Kitty y creí que sería mejor ir acompañada.

Crimson Heart (Daniela Villarreal)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora