Acepto su oferta

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Andáis por la playa un rato hasta llegar a un pequeño pueblo costero en el que nunca habías estado antes, al menos que recuerdes. Te lleva a su casa, una pequeña cabaña sobre la arena, y te pide que te sientes en la mesa mientras esperas.

Se mete en la cocina y al rato vuelve con lo que parece ser una infusión. El primer sorbo está calentito y te calma casi al instante, lo disfrutas con el olor a hierbas y limón que se mete bien profundo en tu nariz.

"Eres pirata, ¿verdad?" dice.

Casi te atragantas con la bebida.

- "¿Qué? Claro que no."

- "Pues sí, ¿y qué?"

- "No es asunto tuyo."

Traza tu rumbo (interactiva)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora