Las negociaciones

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Si la dejaras unirse, le pedirías que se encargase de las negociaciones. Eso no quita que vaya a hacer otras tareas, especialmente de limpieza, pero claramente será más útil si utiliza su astucia y su don de gentes para ayudar cuando haya que hacer algún trato. Dicen que las mujeres traen mala suerte en un barco, pero también es cierto que si usan bien sus encantos, ningún hombre puede resistirse.

Le explicas a Ona tu oferta: Por ahora será un peón más y hará las tareas que se le ordenen, pero que si lo hace bien quizá la dejes intervenir en algún que otro intercambio en el futuro. Ella parece bastante emocionada con todo esto, pese a que le has explicado también que no es tan divertido como pueda pensar, que va a tener que hacer cosas desagradables y difíciles, pero eso no parece haberla desanimado en absoluto.

Ese mismo día, una vez lo tenéis todo listo y cargado, el barco se adentra de nuevo hacia el mar. A partir de ahora sois una más en la tripulación, ya que al capitán le ha parecido bien tu propuesta con la condición de que seas tú quien la enseñe, no solo en la lucha, sino en todo lo demás. Te toca a ti prepararla para lo que se le viene encima. 

Traza tu rumbo (interactiva)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora