Azul marino: Oscuro, básico y fácil de ver.
Normalmente el clima en este pequeño pueblo era cálido, se podía sentir el calor del sol golpear la piel para teñirla de un suave dorado.
Daisy pateaba el balón de fútbol sobre la arena provocando que la arena termine dentro de los ojos de Juan y todos los presentes nos reímos al escucharlo lloriquear al igual que un nene.
Juan era lindo.
Sentí las manos de la tímida Mila colarse dentro de la bolsa que estaba a un lado de mi y tomaba con sume suavidad una barra de pan que había guardado ahí.
Ella y yo estábamos recostadas sobre una toalla bajo la delgada y fina arena blanca, con la ligera brisa marina remojando nuestros cuerpos, el sonido de las olas golpeando junto a los gritos de Daisy y de Juan, ese sabor salado que extrañamente siempre quedaba en la boca cuando estabas en la playa y el olor a pan.
Mila leía con con suma atención un libro llamado "Te conocí en Buenos Aires" pero estaba tan ida que ya lo habían dado un par de balonazos en el rostro por accidente.
-Escuché que una familia se mudó justo enfrente de tu casa- escuché la adormilada y dulce voz de Mila.
La mire, ella era la mujer más bonita que había conocido en mi vida, con su cabello largo.
-Mamá me presento a unos de los hijos, era un chico se llamaba Jua creo- respondí pensando en que probablemente era el tipo de mi amiga.
Seguí dibujando en mi vieja libreta, era un pequeño cuaderno con pasta beige con hijos azules tejidos que emulaban flores y hojas blancas que algunas tenían rayas y otras poseían puntos.
Estaba buscando en mi pequeño estuche azul marino uno de los lápices especiales que había comprado en un mercadillo la primavera pasada que papá nos llevó a todos a Florencia, al encontrarlo y sacarle filo con una navaja que cargaba comencé a darle forma al dibujo que estaba haciendo.
Era un boceto de una de las palmeras que había aquí cerca y que de sus ramas caía sus frutos dulces y sabrosos al gusto.
-¿Ya encontraste el tono de azul?- cuestionó Mila a lo que yo negué con la cabeza mientras seguía en mi proyecto artístico.
Con el nacimiento de mi amor por el arte también llego una obsesión con el color azul, llevaba años buscando el azul perfecto para crear la obra perfecta.
Había intentado con todas las técnicas, con todas las gamas que ofician las dueñas de pinturas y había probado una basta variedad de marcas sin encontrar mi objetivo.
Era difícil pintar cuando no te agrada el color que tenías.
De pronto Daisy se acerco a nosotras con el balón entre sus manos y una enorme sonrisa, ella vestía con unos shorts de mezclilla y una camiseta de fútbol azul que en medio decía "Italia".
-Dale que Juan es un niñato y ya se cansó, juega igual que un niño- habló la chica mientras reía.
Mila y yo nos levantamos y guardamos las cosas en las mochilas para después montar nuestras bicicletas algo desgastadas y empezar a pedalear, Juan había dicho que quería ir al centro del pueblo a una librería que cuidaba una señora y sus hijas que rodeaban nuestra edad y eran jóvenes rubias muy guapas y amables.
-Habrá una fiesta en la noche en la playa, deberíamos de ir todo- hablo Daisy a lo cual todos asentimos y parecía como un buen plan.
El plan era que todos haríamos hasta mi casa a excepción del único varón del grupito de cuatro y nos arreglaríamos en mi habitación.
Al llegar a mi casa todos saludamos calidad mente y corrimos a la tercera planta donde estaba mi cuarto.
Daisy tomó un vestido naranja que llegaba arriba de las rodillas y se pegaba a su cuerpo, Mila optó por un pantalón blanco junto a una blusa verde con enormes puntos pálidos y yo me coloque un vestido azul marino lleno de holanes en la parte de abajo y que sobre la tela había otros puntos de un azul más fuerte y que me llegaba arriba de la rodilla.
Nos peinamos y Daisy nos maquillo resaltando los ojos de Mila y mis labios con un tono rojo pasión y salimos de mi hogar en donde ya nos esperaba mi querido Juan.
Caminamos hasta la playa en donde se escuchaba por medio de una bocina algunas de las canciones que más estaban de moda y había lo que parecía ser una fogata en donde había sentados a su alrededor un montón de gente.
Tome asiento junto a un par de chicas pelirrojas que habían sido bastantes populares en la preparatoria por su belleza y que comúnmente eran muy simpáticas.
Me saludaron y nos ofrecieron un par de latas de cervezas que aceptamos mientras nos uníamos a la animosa platica que tenían con otras personas.
-Oye Sofi y ¿Que tal están tus vecinos? - pregunto una linda chica Clara que siempre cantaba la canción de space girl.
-Conocí a uno de ellos, mencionó que se apodan Juani y parecía alguien agradable- respondí mientras tomaba un dulce.
-Los invitaron a la fiesta, realmente es una bienvenida a ellos- expresó Clara a lo cual yo asentí.
De pronto sentí un peso alado de mi y al voltear noté al ya mencionado y me dio una sonrisa amable que yo respondí.
Me abrazo mientras me saludaba bastante emocionado y me pedía que le presentara a alguien, lo que hice pues cuando el noto a Mila noté un ambiente extraño.
De pronto el ruloso me jalo de la muñeca.
-Dale que voy a presentar a mi mellizo, es un amor de persona-dijo el a lo cual yo asentí y lo acompañé.
Me llevo al otro lado de la fogata y note a un chico que vestía con una camiseta de algún equipo de fútbol, unos vaqueros, tenis y una gorra azul paste.
-Dale Pipe que te presento a mi nueva amiga, Sofi-
Cuando el tal Pipe levanto la cabeza algo hizo click en mi cerebro pues noté que yo ya lo había encontrado, el azul perfecto en sus ojos.
-Mucho gusto, mi nombre es Felipe y.
--¿Cuál es el tono de tus ojos?
Holaaaaa.
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𝑬𝒍 𝑨𝒓𝒕𝒆 𝑫𝒆 𝑷𝒊𝒏𝒕𝒂𝒓 𝑻𝒖𝒔 𝑶𝒋𝒐𝒔. // 𝑭𝒆𝒍𝒊𝒑𝒆 𝑶𝒕𝒂𝒏̃𝒐
FanfictionDonde una aspirante a pintora italiana conoce a su nuevo vecino argentino que parece tener los ojos más bonitos del mundo. O Donde el apasionado por football conoce a la extraña y amable vecina que parece tener una obsesión extraña por el color azul.