Instinto maternal

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Instinto Maternal
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Summary:
Para Andrés, no existía esa mierda que todos llamaban "Instinto Maternal". Aquel impulso innato en las mujeres que les generaba el deseo de tener hijos, era solamente un condición socio-cultural, adoptada a lo largo de los años.

Pero, debía reconocer, que la imagen de ver a Martín con su hijo entre sus brazos, ocasionaba algo en él muy difícil de explicar.

Notes:
"La Casa de Papel" así cómo sus personajes, es plena propiedad de Álex Pina. Para lo único que utilizó sus personajes es por mero entretenimiento literario.

El siguiente escrito, consiste en una pareja homosexual [Berlín x Palermo]. Por lo tanto, está por demás decir que si no te gusta esta pareja, te abstengas de leer.

Work Text:
Pasando sus manos por su cara, no se resistió a soltar un suspiro fastidiado. Necesitaba fumar, solo así podría dejar un poco sus nervios de lado, y retomar una mínima dosis de la paciencia que tenía. Pero él sabía muy bien que eso sería imposible. No podría salir por un momento a su balcón o a su patio trasero por su pequeña dosis de nicotina.

Al menos no, con esa pequeña bolita de grasa mirándolo desde su cuna con ojos ya rojizos por el llanto, con sus pequeños pero fuertes pulmones berreando coléricamente y necesitado de atención. La idea de tener un hijo, jamás le había llamado la atención, pero era un imbécil enamorado que frente a una relación ya rota y muerta, él se aferró ilusamente a la única idea de componer un matrimonio ya destruido. ¿Qué mejor que darle el hijo que su esposa tanto deseaba?

Para Andrés, no existía esa mierda que todos llamaban "Instinto Maternal", aquel impulso innato en las mujeres que les generaba el deseo de tener hijos, era solamente un condición socio-cultural, adoptada a lo largo de los años. Bastaba retomar la historia, las concepciones de infancia que se tenían a lo largo de la historia y la psicología, para saber que ese impulso natural, innato e "inconsciente" que se trasmitía genéticamente, provocando una respuesta determinada. Era nada más el producto de años y años, de paradigmas sociales en donde se delega la "obligación" de la mujer a cuidar a sus hijos. Porque era su obligación, su "deber" como mujeres. Estímulos generados e implantados culturalmente a lo largo de los años, en un afán bien oculto de alguna manera de dictaminar el lugar y el deber de la mujer, en esa concepción de infancia que cada ser humano merece.

Pura mierda. Una vez que ese cráneo salía de entre las piernas de las mujeres, los sentidos, las atenciones, de cada mujer, estaban destinados a ese ser insignificante que se cagaba encima y berreaba todas las noches y días en busca te atención.

O por lo menos de esa manera lo veía actualmente Andrés, con dos horas de sueño solamente, vomito cubriendo su costosa camisa y los tímpanos destrozados de tanto escuchar ese llanto ya afónico. ¿Su esposa?¿Aquella que se tenía que hacer cargo de esa cosa? Seguramente desaparecida, en alguna casa de alguna amiga, en un afán desesperado de "huir" del ambiente tenso que se respiraba en esa casa y de su última discusión que amenazaba con un futuro divorcio que Andrés no tardaría en llevar a cabo.

Dejándolo a él, por aproximadamente dos días, a cargo de esa cosa.

El timbre de su hogar sonó. Alzando a esa cosa llorosa entre sus brazos, inútilmente trato de callarlo susurrando un "shhh", como había visto que su esposa hacía por las noches cuando el mocoso se despertaba en busca de atención. ¡Por fin!

Abriendo la puerta con rapidez, ni siquiera se tomó el trabajo de mirar por la perilla. Él sabía muy bien quién sería el único valiente o estúpido, que se presentaría frente a su puerta con el humor de mierda que andaba trayendo en esos días. Y ahí estaba con una sonrisa de oreja a oreja que rápidamente se convirtió en una mueca dolorosa al escuchar esos gritos provenientes de entre sus brazos, su mejor amigo.

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