Mia Musa

57 2 0
                                    

Existía una diversidad de cuestiones que podían estimular a la inspiración. Esa misma inspiración, puede ser retratada en tantas formas, cómo expresiones.

Ya sea en una escultura tan hermosa y mística cómo lo era por ejemplo, el David, de Miguel Ángel Bounarroti. Escultura que nació representando a aquel rey bíblico, en el momento previo a enfrentarse con el místico Goliat. Obra maestra del Renacimiento, que ocultaba mucho más que un escultor que impuso una revolución dentro del arte, a nivel de técnica. Sino también por la representación que tuvo con el místico David.

Su David, a diferencia de las representaciones previas que habían tenido con Verrochio y Donatello, en las cuales se incorporaba el Goliat asesinado. Este David, se representaba como un hombre solo, no un muchacho de rasgos virginales que representaba la más crudeza del bien angelical venciendo sobre el mal. No, ese David con los músculos tensos, preparándose para el combate, las aletas de su nariz abiertas, y su rostro empapado de concentración. Era la representación perfecta de un momento, un momento que Miguel Ángel, encontró a su musa. Su hermoso David, mostraba masculinidad pura, pero con una elegancia que en muchas veces se podía malinterpretar por la sensible feminidad que rodeaba sus trazos, su místico erotismo.

Desde el punto de vista de Andrés, esa escultura podía a llegar trasmitirle tanto. La existencia cruda de un amor puro, que tuvo Miguel Ángel, por su amado David. Enamorándose de su idea, viéndolo tan verdaderamente, que algo de ese amor había quedado trazado en ese mármol perfecto. Porque mediante esa escultura, él había retratado al hombre, los rasgos crudos de masculinidad, con la elegancia de un guerrero victorioso.

Ese guerrero, fue la musa perfecta para Miguel Ángel. ¡Lo que daría Andrés por obtener una musa con la misma intensidad que esa!

La verdad era que hace mucho tiempo se encontraba buscando algo que lo incentivara a crear "eso", que tanto quería. Una obra maestra. Que lo dejara conforme al observarla, al crearla, al pintarla. Su David.

Estaba perfectamente consciente de que su talento era admirado y aclamado, por los directivos, becarios y docentes a cargos de su carrera. Lo sabía. Era narcisista, adoraba esa atención constante que le brindaban cada uno de esos tiburones del arte, en cada exposición de sus obras ya valuadas en sumas considerables de euros, considerando que era un simple estudiante que apenas estaba terminando la carrera. Disfrutaba completamente, notar la molestia y cierta envidia, que se dibujaban en los rostros de algunos tipos al notar el talento y la edad de ese "Berlín" que firmaba cada cuadro que había llamado su atención. Era un siniestro deleite para él, destrozar por completo con esa arrogancia de esos "cultos" sujetos, que de cultos solos les quedaba de chiste, una vez que lo enfrentaban para pisotear sus expectativas, siendo refutados por él y frontal personalidad.

Pero le faltaba algo. Lo sabía, ese constante desinterese que había aumentado en los últimos meses por pintar, no era normal. Y temía de alguna manera que eso lo afectara, las largas horas de insomnio, el constante aburrimiento y los profundos temblores que rodeaban sus manos producto de la ansiedad. Eran una muy mala señal.

Era por eso, que mediante esa emoción perdida, había llegado a ese lugar. Marchando entremedio de una masa de coloridos protestantes, que al sonido de los bombos y el canto, entonaban una protesta a favor de un desvió de fondos financieros del gobierno a la Facultad. La corrupción era repulsiva, y mucho más era notoria desde su postura, si consideraban que dicha Universidad era una de las principales en contra del estilo de gobierno que se tenía a nivel económico.

Pero a Andrés eso, sencillamente le valía una verdadera mierda. Si por él fuera sería un autodidacta, al ritmo que iba, llevaba más dinero ganado mediante su trayectoria particular, que con las presentaciones y exposiciones que disponía la Universidad, pero sabía que eso si bien no le aseguraba el dinero que deseaba, le podría asegurar los contactos necesarios para después ejercer y hacerse un nombre sobre el campo.

BERLERMOOODonde viven las historias. Descúbrelo ahora