Cap#12 Un impulso

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Ya era tarde cuando megumi abrió los ojos, de dolía mucho la cabeza, sin embargo al ver al peliblanco que se encontraba dormido a su lado aferrado a su cintura hizo que el calor subiera a sus mejillas; trató de soltarse de su agarre pero este lo tenía bien sujeto que no podía moverse, se rindió, y decidió observarlo detenidamente, nunca se había puesto a pensar en lo hermoso que era, tenía una piel impecable, su pelo tan blanco y suave como algodón le dió ganas de enredar sus dedos en el, por un momento deseaba olvidarse de la horrible mañana que había tenido, no quería pensar aún en cuál sería su próximo paso, solo quería disfrutar un poco más de la calma que el albino le transmitía, se quedo perdido observando cada facción, se sentía culpable por haber arruinado su cita, pero pensaba recompensarlo de alguna manera.
De un momento a otro Satoru empezó a moverse, megumi sentía tanta vergüenza por lo que había pasado que no quería encararlo aún, así que fingió que aún estaba dormido, para que al despertar el peliblanco no hiciera preguntas, sin embargo no esperaba que al despertar, empezara a decirle cosas, como: que era muy bello, que quería besarlo, abrazarlo, y que ojalá siempre fuera tan dócil como hacia un momento, esto hizo que inevitablemente sus mejillas empezarán a enrojecerse, tenía que ocultarlas de alguna forma, pero le era difícil seguir fingiendo que estaba dormido, más cuando sintió como satoru se acercaba lentamente a sus labios, cuando esté estaba a pocos centímetros de el , abrio los ojos, esto hizo que satoru se detuviera enseguida, sonbresaltandose al ver tan cerca esos ojos azules intensos que le encantaban pero que ahora lo miraban amenazadoramente , enseguida se sentó sobre la cama tratando de justificarse, sin éxito, ante la mirada interrogativa del pelinegro.

Satoru: esto.... Yo ...no....solo quería asegurarme de que no tuvieras fiebre... Es que tenías el rostro un poco rojo...
Megumi [se tocó el rostro para simular] creo que tienes razón, tengo un poco de fiebre, tomaré algo[ en ese momento se dirigió al baño para lavarse la cara y así también escapar del momento vergonzoso que había ocurrido].
Satoru: [estaba algo apenado y también decepcionado pues había estado muy cerca de besarlo] (eso estuvo cerca, penso; ahora que hago, que le digo, no soy bueno en esto)
¡Maldición! [Eso último fué escuchado por el pelinegro que volvía, y lo había visto como se había tirado del cabello]
Megumi: ¿Todo bien?
Satoru: si, una disculpa, pensaba en voz alta.
¿Tienes hambre, aún podemos ir a algún lugar?
Megumi: lo siento, se que te prometí salir contigo pero no me siento bien, tal vez pueda preparar algo aquí para no salir, enserio no tengo ánimos.
Satoru: está bien lo que tú digas, pero; yo cocino [le guiño un ojo al pelinegro]
Megumi: y sabes cocinar, digo, si no para tener a la mano el 911 por si incendias mi cosina [se cubrió la boca para callar su risa, esto le pareció gracioso a satoru]
Satoru: megumi, debes saber que yo soy bueno en todo lo que hago [esas palabras ocultaban un doble sentido, que enseguida noto el pelinegro]
Megumi: sorprendeme [ambos bajaron a la cosina, satoru se puso un delantal y lavo sus manos, megumi por su parte, tomo asiento del otro lado de la barra para observar lo que el albino tenía planeado hacer]
Satoru:pon mucha atención megumi, serás el primero en probar algo hecho por mi.
Megumi: entonces espero que no me envíes directo al hospital.
Satoru: sería incapaz.

Mientras satoru sacaba todos los ingredientes de la nevera, megumi lo observaba atentamente, preparándose para ver un buen espectáculo, sin embargo se llevó una sorpresa cuando vio como el albino preparaba los platillos hábilmente, a simple vista se veian bien, parecía todo un experto, ahora solo faltaba probarlos; preparo dos platillos diferentes, okonomiyaki y yakisoba , una vez que satoru termino de cocinar megumi puso la mesa y espero para que juntos iniciarán , el fue el primero en degustar los platillos a petición de Satoru, y no podía negar que el albino era bueno cocinando, sin embargo conociendo su ego evito darle un cumplido, y se limito a acentir con la cabeza mientras comía.

Mi vicio más grande Donde viven las historias. Descúbrelo ahora