Cap#17 Toda la verdad

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Los días fueron pasando y cada mañana sin falta encontraba un rosa azul en su casillero, con un nota diferente cada día, en la hora del almuerzo siempre era sorprendido por el albino en el baño, donde lo acorralaba para besarlo hasta dejarlo sin aliento, cada ves le era imposible separarse de él.

Por otro lado en el trabajo le empezó a ir mejor pues ahora tanto Yuji como Nobara habían conseguido trabajo en el mismo lugar para ayudarlo, eran tres infiltrados, cada día estaban más cerca de encontrar la verdad y tener suficientes pruebas para hundirlos a todos por el resto de su vida, el apartamento de megumi se había vuelto una especie de cuartel secreto donde llevaban acabo sus especificaciones y tramaban sus estrategias, las cámaras y micrófonos que había puesto por toda el área de administración eras registradas municiosamete por megumi, sin duda los tres amigos se habían vuelto inseparables y cada vez que megumi salía con satoru, Yuji y Nobara se hacían compañía mutuamente, su relación se había vuelto más estrecha con forme pasaba el tiempo, hasta que en algún punto yuji le contó a Nobara sobre sus viejos sentimientos hacía megumi y como ella le dio ánimos y lo motivo a continuar, ambos habían encarado a Satoru mas de una ves para amenazarlo con cortarle sus atributos si se atrevia a dañar tan solo un pelo del pelinegro,
Megumi por su parte no sabía si decirle a Satoru acerca de todo lo que estaba tramando junto a sus dos amigos, aún no eran novios oficiales pero sentía que el albino se había esforzado por ser mejor persona y merecía saber un poco, pero estaba indeciso, Yuji y Nobara conocian al derecho y al revés toda su historia y lo apoyaban incondicionalmente, pero satoru no sabía acerca de eso, el agradecia inmensamente que a pesar de todo el albino no insistía mas de la cuenta cuando se trataba de su pasado, sin embargo era conciente que en algún momento debía hablarle de sus planes.

Y ahora se encontraba un poco nervioso había decidido por fin hablarle de todo, esperaba que satoru lo entendiera, le había llamado en la mañana pará hablar seriamente con el, no podía esperar mas para decirle lo que tramaban desde hace tiempo...

Gojo por su parte había estado tenso toda la mañana, perdido en sus pensamientos, su corazón prendía de un hilo, pues cuando recibio la llamada de su amado escucho su voz bastante indiferente y sin emociones, estaba aterrado de solo pensar que podría dejarlo, se preguntaba a si mismo si había cometido algun error como para que fuera posible que el pelinegro le hablara tan seriamente, daba vueltas en su habitación intentando recordar algún detalle que de le hubiera pasado, miraba su reloj con desesperación, pues el pelinegro le había citado una hora específica, se sentó un momento intentando pensar en alguna solución que le permitiera seguir a lado de megumi, no podía perderlo, no lo permitiria, lo amaba tanto que la sola idea de no poder seguir a su lado le hacia doler el pecho.

Megumi se encontraba terminando de preparar la cena, casi era la hora en la que llegaría satoru, Yuji y Nobara le ayudaron a preparar todo, sabían que esa cena defininria su relación y lo apoyaban, solo esperaban que el albino no retrocediera, cuando todo estuvo listo ambos se despidieron y salieron del apartamento del pelinegro, megumi corrió a cambiarse para verse presentable, estaba tan nervioso, pero deseaba ser completamente honesto con Satoru, cuando estubo listo bajo a la sala para esperar, sin embargo antes de que pudiera siquiera sentarse el timbre de la entrada sonó, haciendo que el pelinegro se tensara enseguida, un poco dudoso camino hacia la puerta, sin saber que del otro lado se encontraba un satoru dispuesto a lanzarse a sus pies y suplicarle perdón por algo que no sabía que había hecho.

Al abrir la puerta el pelinegro se topo con un gran ramo de camelias rojas, estaba sin habla y cuando miro el rostro de satoru se sintió culpable por haberlo citado sin ninguna explicación, pues el peliblanco tenía los ojos cristalizados por lágrimas que amenazaban con salir...
Megumi recibió las flores dandole una sonrisa tranquilizadora al peliblanco, este se desconcertó un momento pero rápidamente recupero la compostura siguiendo al pelinegro adentro del apartamento, satoru se sorprendió al ver la mesa puesta con una agradable cena, su corazón por fin se tranquilizó pues se había hecho demasiados escenarios en la cabeza en dónde el pelinegro lo abandonaba....

Mi vicio más grande Donde viven las historias. Descúbrelo ahora