☁︎•☘︎𝔗𝔞𝔯𝔷𝔞́𝔫☘︎•☁︎[ᵏᵒᵒᵏᵗᵃᵉ]

𝐗𝐗

•༻῭❃༼𑁍༽❃῭༺•

—No entiendo por qué lo trajiste aquí, Jungkook— Dijo Summi, observando con desagrado y desconfianza al castaño que dormía plácidamente sobre el nido de Jungkook —Él es... raro, no me agrada— Siguió ella, sonando un poco molesta. La verdad era que no le gustaba que el extraño estuviera acaparando toda la atención del pelinegro los últimos días.

—Déjalo, Summi— Respondió Jungkook con calma, tratando de apaciguar las preocupaciones de la primate, mientras observaba la expresión de desagrado en rostro de la misma. Se acercó a ella con gestos tranquilizadores, intentando transmitir confianza con un contacto visual —Taehyung no es una amenaza. Él... él es como yo, se parece a mí, y yo nunca he hecho algo malo, él no es un peligro, te lo aseguro— Explicó Jungkook, buscando las palabras adecuadas para describir la conexión especial que él sentía con Taehyung.

—¿Taehyung? ¿Así se llama?... ¿Y ahora lo llamas por su nombre? No sabía que tenían esa confianza— Cuestionó la primate, atónita por la actitud extraña que percibía en Jungkook.

-—Sí, Summi, ese es su nombre. Aunque no le entiendo la mayoría de las veces, pude reconocer cuando se presentó a mí, yo también le dije el mío. No veo problema en llamarlo por su nombre, de todas formas es un nombre hermoso... Taehyung, me encanta decirlo— Explicó Jungkook, luciendo fascinado y paralizado mientras hablaba, con su mirada fija en la figura que aún se posaba sobre el nido, sin notar la expresión escéptica de su amiga a un lado.

Un fuerte barritar rompió el temporal silencio que se sentía en el lugar, causando que el castaño antes dormido despertara bruscamente, colocándose de pie y golpeando su cabeza fuertemente contra una rama que se atravesaba en el nido.

— Ya veo por qué se parecen...— Mencionó Summi con desgana, observando al castaño quejarse y sobarse la cabeza en el lugar que poco a poco se iba enrojeciendo.

—¡Taehyung!— Exclamó, en cambio, Jungkook, lanzándose rápidamente sobre el menor, tomándolo de los hombros y acercando su rostro para soplar sobre el lugar lastimado —Por Dios, ¿estás bien? Debí romper esa rama hace mucho tiempo, lo siento tanto. ¿Te duele mucho?— Musitó Jungkook, con palpable preocupación, masajeando suavemente el ahora chichón que sobresalía de la frente del contrario.

—Oh, por Dios, no puedo creerlo—Se quejó Summi, con exasperación ante el comportamiento de su amigo —¿Sabes que él no está entendiendo una palabra de lo que le estás diciendo, verdad? ¡Solo míralo! parece literalmente fuera de lugar, prácticamente se le van a salir los ojos de la impresión.

Jungkook ignoró las palabras de Summi, pero prestó atención a Taehyung, quien la verdad, sí parecía un poco abrumado por todo a su alrededor, especialmente por la gorila con cara de pocos amigos que estaba frente a él. Si no estuviera tan preocupado, seguramente se habría reído al verlo, pero la protuberancia en la frente del castaño estaba empeorando rápidamente, por lo que con cuidado indicó al menor que tomara asiento.

Taehyung desvió la mirada de Summi y la posó sobre él. Inmediatamente, el pelinegro se sintió bien. Le gustaba que esta criatura lo mirara, solo a él.

El castaño, aún con la mirada fija en él, tomó asiento sobre las hojas de palma en el nido. Su mano permanecía sobre su cabeza adolorida y su rostro ahora mostraba un ligero sonrojo que no pasó desapercibido por el azabache, quien se agachó justo frente al menor, manteniendo aún el contacto visual con él.

—¡Ay, ya deja de mirarlo! Mejor ve y busca algo para su herida. La otra vez que te golpeaste con la rama, tu madre hizo una pasta con algunas hojas que alivió tu dolor. Ve y dile que si puede hacerlo otra vez, pero esta vez para él—Intervino después de un rato Summi, quien todavía, para sorpresa de Jungkook, seguía allí con ellos.