Satoru no ama a su marido. Se repite eso todos los días. No lo ama y nunca lo hará.
Yuuji sufre las consecuencias.
◇ Los personajes no me pertenecen, son creación de Gege Akutami.
En la actualización anterior tuve varias preguntas respecto al GoYuu. No tenía pensando escribir otra vez del futuro pero creo que esto podrá dar más claridad a la etiqueta.
Te dejaré la opción de querer leer o esperar hasta el capítulo 13. Es tu decisión.
Subí la cantidad de capítulos a 17 (había dicho que serían 15 pero cambié de opinión).
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Enero
Satoru termina de dar su última clase antes del medio día. Los jueves son el día que menos carga laboral tiene así que es un gran respiro y especial por el día de hoy.
Ha perdido la cuenta de todos los eventos traumáticos a lo largo de su vida. Hay tantas rostros que han perdido los rasgos que en algún momento podría describir en detalles, mucho de lo físico ha quedado en el olvido.
Suspira y se recuesta en su silla. Afuera el cielo está a punto de explotar. Como esos días de invierno en los que la espera se hace más eterna. La estación más fría del año debería ya llegó hace un par de semanas pero a Satoru ya se le hacía que venía siguiéndole desde hace décadas.
Piensa en Yuuji porque no hay ningún día en que no lo recuerde. En las peores fechas bebe una copa de vino y esparce todas las fotografías que pudo obtener a lo largo de sus días. Una línea cronológica que acabó hace ya más de un centenario.
Aprendió a beber hace mucho tiempo, pero solo una copa, si bebe más eso sería un gran problema de imagen. Ya ha tenido experiencia con eso y ha sido definitivamente lamentable.
Su teléfono suena con una notificación. De mala gana lo levanta de la mesa y ve de que trata. Años atrás hubiera hecho esperar ha quién sea que le estuviera molestando pero ha madurado y ahora solo ignora al resto un cuarenta por ciento de las veces.
Es el GPS que le puso en el collar a Gato Naranja. El gato del diablo está afuera de los dominios de la escuela. Satoru gime con frustración y promete no darle su lata de atún favorita por su rebeldía.
Hace años que los dos optaron por vivir permanentemente en Jujutsu Tech. Por cuestiones lógicas era más sencillo mantener las apariencias con las personas que conocían su "situación especial", era difícil explicarle a otros la condición actual de él y su gato.
Gato Naranja muchas veces se escabullía y cruzaba las barreras de Tengen y no aparecía por días. A Satoru eso lo tranquilizaba un poco, pero solo un poco, saber que su mascota estaba en buenas malos y en especial cuando sus momentos tristes le exigían soledad.
Satoru había aprendido ha amar mucho más la enseñanza y su convicción para mejorar el mundo de la hechicería seguía siendo su mayor motivación. Es increíble como hace tantos ayeres veía este plan a muy largo plazo, las generaciones más antiguas guiarían a las nuevas lejos de los sucios oportunistas que solo querían obtener poder. Satoru realmente se había esforzado todo este tiempo para que el sucio mundo de la hechicería cambiara.
