Satoru no ama a su marido. Se repite eso todos los días. No lo ama y nunca lo hará.
Yuuji sufre las consecuencias.
◇ Los personajes no me pertenecen, son creación de Gege Akutami.
Bienvenido al arco GoYuu! (Muchas gracias por la espera)
Este capítulo es más corto que los anteriores, ya que hubieron algunos malentendidos con la actualización anterior, ya que se dio a entender que era el final pero claramente no lo es.
Hay un salto de tiempo de 108 años.
En teoría, hay tres personajes de JJK que se incorporan nuevamente. Y uno de MDZS que se mantiene, si no lo conoces puedes tomarlo como un OC.
Este apartado tiene partes del capítulo 10. Esa vez tuve que ser muy ambigua, pero se podría decir que esta es su continuación con algunos cambios.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
[11 de enero de 2206]
Satoru se despierta gradualmente. Siente una presión literal en su pecho y en su costado izquierdo. Sonríe un poco al darse cuenta de los invitados que se colaron en su habitación. Las vibraciones del ronroneo de Gato Naranja siempre lo han relajado, han calmado el inicio de sus tormentas desde hace muchas décadas y en especial desde el día en que Yuuji se fue.
Con cuidado, mueve su brazo izquierdo y deja que su mano aterrice en la mata de pelo negro que duerme pacíficamente a su lado.
Megumi llegó a su vida hace poco de más de cuatro años. Cuando este solo era un bebé.
Satoru se ha preguntado varias veces si la nueva oportunidad que le dio el Lan también abarcaba esta parte de su historia.
Sucedió mientras acudia a una misión en solitario. Había aprendido a usar el poder divino para exorcizar maldiciones con la música de los Lan, así que varias veces al año iba a localidades más remotas para purificar los lugares malditos.
Había un rumor de los lugareños que lo llevaron hasta el foco de una maldición con la que Satoru tuvo algunos problemas, ya que no encontró nada malicioso en ella. Más bien, era como si le estuviera guiando hasta cierto lugar. Así fue como encontró a Megumi. Un bebé sin nombre, ni familia, que había sido rescatado por un extraño y amable anciano que no podía hacerse cargo y que desapareció poco después. Satoru nunca había visto a Megumi así de pequeño, pero lo reconoció cuando lo vio y por eso mismo se lo llevó con él.
Solo que hora ya no era Fushiguro. Era Gojo.
—Papá. — Hay una media pregunta en su voz somnolienta y unas pequeñas manos que se aferran a su camiseta mientras todavía se queda dormitando en el sueño.
Eso era nuevo. Satoru sentía como su corazón golpeaba con fuerza su caja torácica cada vez que Megumi lo llamaba así. En su vida anterior nunca le llamó de ese modo, muchas cosas habían cambiado. Satoru podía ver todavía varias características que le mostraban lo que fue ese niño alguna vez y había sufrido terriblemente cuando este en la edad adulta falleció.
