Después de viajar en el tiempo y recordar puntos claves en la vida de Blas y Emilia, volvemos al presente. Donde ambos chicos son ahora, "adultos" de 20 años.
Después de salir del secundario, Emilia tomó la decisión de inscribirse en la universidad para estudiar psicología, carrera que le había interesado desde hace algunos años. Sí hablamos de su vida amorosa, Emilia no desvió mucho su vida respecto a los hombres, tuvo uno que otro novio pero nada serio.
Y Blas había decidido tomarse un año sabático después de graduarse, solamente que ese año se convirtió en dos, viajó por Europa y algunos países de Latinoamérica, hizo uno que otro voluntariado y se tomó su tiempo para conocerse a sí mismo, justamente en este momento, el chico de rulos se encontraba de vuelta a su antiguo lugar de residencia, con sus padres y hermana. Valentina también había iniciado la universidad hace poco, su sueño era el diseño de interiores y eso estaba estudiando.
-¡Hijo!- Juliana corrió a los brazos de su hijo mayor, lo recibió con un beso en la mejilla y un abrazo, había pasado bastante tiempo desde que el chico había pisado su antiguo hogar.
-Hola ma, ¿Cómo están?- Blas había crecido de una manera increíble, nadie entendía cómo no paraba de crecer.
-Qué alegría que estés acá, justo hoy viene Santi y Emi a cenar- Su madre tomó una de sus maletas para ayudarlo a ingresar.
-Y Valen?- Preguntó, la relación entre los hermanos era cada vez más pacífica, pero el bullying persistía en la atmósfera.
-En su pieza, andá a buscarla-
Blas se dirigió hasta el final del pasillo, tocó la puerta de su hermana y esta respondió.
-Pasa- grito desde adentro.
-Así tan simple me recibís- Blas se recostó en el marco de la puerta.
Valentina inmediatamente se puso de pie y recibió con un abrazo a su hermano, extrañaba su presencia en la casa.
-Qué boludo, pensé que no volvías más-
-Yo sé que me extrañabas- Emma le dio un golpe en el brazo y salió de su habitación, seguida de su hermano.
-Andá a ponerte lindo, te hace falta- Su hermana le gritó mientras bajaba las escaleras de la casa, Blas ingresó a su habitación e hizo caso a su hermana, se dio un baño y cambió su vestimenta.
-¡Ay, Emi!- se escuchó un grito desde abajo, Blas supo que la familia Vaca Narvaja había llegado.
-¿Dónde está mi hombre?- Dijo Santiago a lo que Blas rio mientras bajaba las escaleras.
-Aquí estoy, ¿ya te cansaste de serme infiel?- dijo Blas yendo a abrazar a su mejor amigo.
-Vos me abandonaste flaco, qué se le podía hacer- dijo el rubio riendo.
Cuando se separaron, Valentina y Santiago se saludaron, mientras que Blas y Emilia simplemente se dieron una mirada, todo muy incómodo.
Durante toda la cena, Santiago, Valentina y Emilia no pararon de hablar sobre sus carreras, mientras que Blas simplemente se quedó callado, algo raro en él.
-Qué milagro que no se están matando- dijo Santi señalando a Blas y Emilia.
-Es que no ha dicho una pelotudes- Dijo Emi, y esto fue lo que desencadenó una pelea nuevamente, entre muecas e insultos mientras todos veían con gracia la situación.
Al final Emilia dijo que debía de irse temprano para estudiar pero la familia Polidori no pasaría por alto que la chica se fuera sola hasta su casa.
-Blas, anda y dejala- Dijo su madre.
-No puede ir Santiago, yo no soy niñera de nadie- Blas renegó.
-Soy mayor que vos, imbécil- dijo la chica molesta.
-Rapidito hijo- Ordenó Juliana.
-Dale, apurate- Blas tomó las llaves del auto y se sentó en el lugar del piloto mientras esperaba a que Emilia se despidiera de la familia.
-Un año ibas a durar boluda- Dijo este cuando la vio ingresar al auto.
-Qué pesado sos- Emilia se defendió.
El trayecto eran casi 15 minutos, 15 minutos en los que ninguno sabría qué hablar, Emilia se limitó a mirar por la ventana durante el viaje. Pero una situación la sacó de sus pensamientos, o mejor dicho, un susto.
El sonido de una bocina de auto inundó sus oídos, al mirar al frente, Emilia y Blas divisaron un trailer que venía justo hacia ellos. Blas en un ágil movimiento, lo logró esquivar, la mala suerte quedó para el auto de atrás, el cuál quedó irreparable.
-!Hijo de re mil puta! ¡Fijate!- Grito Blas para hacerse a un lado de la calle y después frenar en seco.
-Emilia, ¿Estás bien?- Blas se desabrochó su cinturón rápidamente y se giró hacia la chica para hacer lo mismo, la mencionada no emitía una palabra y estaba pálida, casi como si hubiera visto un fantasma.
-Emi, háblame, ¿te duele algo?- Blas comenzaba a asustarse, movió un poco a la chica por los hombros hasta que esta reaccionó y las lágrimas comenzaron a salir de sus ojos y a pasar por sus mejillas.
Blas se preocupó mucho, por lo cual decidió salir del auto y prosiguió a sacarla a ella de este, ayudándola a sentarse en la vereda.
-Emi, ¿estás segura que no te duele nada?- Blas buscaba alguna señal de heridas por su cuerpo pero no encontraba Blas.
-Blas- balbuceaba- Casi morimos- La respiración de la mujer comenzaba a ser pesada, parecía que estaba teniendo un ataque de pánico.
-Emi, Emi, mírame- Blas tomó la cara de la chica en sus manos, obligándola a mirarlo- Todo está bien- asentía con la cabeza- Respira conmigo- ambos comenzaron a inhalar y exhalar al mismo tiempo- No pasó nada, estamos bien- Blas enrollo sus brazos en el cuerpo de la chica para abrazarla, logrando así, que su respiración se equilibrara y calmarla un poco.
Un hombre que resuelve Blas, si me preguntan 💪🏻
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𝑴𝑼𝑪𝑯𝑶 𝑨𝑴𝑶𝑹- Blas Polidori
Fanfic¿𝙲𝚞𝚊𝚗𝚝𝚊𝚜 𝚟𝚎𝚌𝚎𝚜 𝚝𝚎𝚗𝚍𝚛𝚎𝚖𝚘𝚜 𝚚𝚞𝚎 𝚎𝚗𝚌𝚘𝚗𝚝𝚛𝚊𝚛𝚗𝚘𝚜 𝚑𝚊𝚜𝚝𝚊 𝚏𝚒𝚗𝚊𝚕𝚖𝚎𝚗𝚝𝚎 𝚊𝚖𝚊𝚛𝚗𝚘𝚜?