Prefacio.

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Años atrás.

Joe y Marjorie habían sido amigos desde la infancia, compartiendo aventuras en los días soleados y confidencias en las noches estrelladas. Para ellos, aquel verano era el final de una etapa y el comienzo de un nuevo capítulo en sus vidas, pues había sido el comienzo de su gran historia de amor, llevaban un par de años juntos, eran casi como mejores amigos. Sus familias se conocían perfecto, eran como si fueran almas gemelas, pues tenían gustos similares. Exceptuando la fama y las ganas de comerse al mundo, a Marjorie jamás le importó los lujos, mucho menos ser la persona más rica del mundo, ella con Joe ya lo tenía todo. Tenía un corazón amable, era cariñosa y generosa. 

Estaban sentados en los columpios del jardín de la casa de los padres de Joe, los adultos reían y bailaban lejos de ellos, mientras que se balanceaba suavemente y intercambiaban miradas de vez en cuando. Hablaban sin cesar, como si el tiempo se hubiera detenido para ellos en aquel rincón del mundo.

- Recuerdo la primera vez que te vi.- Dijo Joe, con una sonrisa nostálgica.- Estabas en aquel árbol, ¿qué gritabas? No lo recuerdo.

Se rió, Marjorie también lo hizo.

- ¡Sólo canté algo de Taylor Swift! Cualquiera lo hubiera hecho.- Mencionó ella.- Y tú estabas justo debajo, gritando palabras de ánimo como si fueras mi propio equipo de porristas.

No hubo más que decir, las risas no explicaron todo por ellos. Se complementaban tan bien, eran como una pieza y un rompecabezas.

Había un ligero calor que los envolvía, probablemente era porque el verano estaba a punto de terminar y todo parecía volver a su lugar. Joe se bajó del columpio y se posicionó frente a Marjorie, deteniendo el balanceamiento de su columpio.

- ¿Qué te parece si te quedas a dormir? Prometo no tocar.- Bromeó.

Marjorie asintió entusiasmada, dejó que Joe la bajará del columpio. Se fueron a escondidas hasta la recámara de Joe, nadie los había notado cuando se habían ido, así que podían estar completamente cómodos en la habitación de Joe.

Cuando llegaron a la habitación de Joe, él encendió una pequeña lámpara de noche y le indicó a Marjorie que se sentara en la cama mientras él cerraba la puerta. Se sentaron uno al lado del otro, sintiendo la electricidad en el aire mientras el corazón les latía con fuerza en el pecho, totalmente acelerados, dos niños jugando al amor eterno.

- ¿Nunca nos vamos a separar, Joe? - Preguntó ella cuando se acomodaron. Joe negó.

- Nunca vas a estar sola, ¿de acuerdo? Vamos a envejecer juntos, tendremos cuatro hijos. 

- ¡Uno tiene que llevar tú nombre! - Interrumpió ella. - Y tres gatos.

Él asintió, Joe se inclinó hacia Marjorie y la abrazó suavemente, sintiendo el calor de su cuerpo contra el suyo. Y mientras la noche avanzaba lentamente Joe y Marjorie se quedaron dormidos en los brazos del otro, sin saber qué eso terminaría.

I was making my own name, chasing that fame
She stayed the same, all of me changed like midnight.

Midnight Rain | Joe Burrow.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora