Midnight Rain | Joe Burrow.

Capítulo 8.

Fue imposible conciliar el sueño esa noche para Marjorie, porque pese a los momentos lindos que había pasado con Brock, le seguía pareciendo doloroso su encuentro con Joe porque él era el amor de su vida y ahora tenía que dejarlo ir, porque ella no se merecía eso. ¿Cómo puedes decir que amas y extrañas a una persona cuando ni siquiera te pones dispuesto a luchar por ella? Puede parecer egoísta, pero cuando ella investigó y veía como era con otras chicas, entonces podía esforzarse por ella, sin embargo, no lo haría y no lo hacía. Ella quería pensar que todo esto era una pesadilla, pero cada vez que se esforzaba en pensar que algo entre ambos iba a cambiar o a mejorar, estaba todo perdido, Joe no la amaba, no la extrañaba, extrañaba la costumbre de tener alguien que se arrastrará por amor como ella lo solía hacer, pero eso ya no era algo parte de sus planes o más bien, de ella. Tenía que amarse y ponerse a si misma primero antes que a cualquier otra persona. Pero claro, ¿qué hacía con sus sentimientos? Si lo amaba como a nadie y estaa consciente de poder dejarlo todo por él, pero eso sería auto dispararse en vano. Ella tenía a alguien que la amaba de la forma que siempre soñó, que siempre vio en las películas, alguien quién no temía luchar por ella y entregar hasta su vida si era necesario. Entonces, ¿por qué seguir aferrada al pasado? 

Esa noche lloró, porque amar a alguien que ya no la veía le estaba arruinando no sólo la vida, también el futuro. Lloraba porque era incapaz de dejar de pensar en él, porque a pesar de cada corazón roto, de cada pedacito roto de si misma, ella lo seguía amando y sabía que eso no iba a cambiar nunca, porque era su todo. Intentaba convencerse de que ya nada volvería a ser lo mismo, intentaba recordar que esa noche ni porque ella estaba destruida y no quería despedirse, a él no le importó y la dejó atrás por a fama y los lujos que no podían nunca reemplazar el amor que tenía, porque era lo más real que alguna vez iba a tener en su vida, nadie lo iba a amar como ella, nadie lo iba a esperar tanto y nadie le pasaría tantos insultos como ella. Estúpida, era la palabra con la que podría auto nombrarse, pero no quería, era muy cobarde para admitirlo, igual que para huir.

Se despertó con su hermana Brisa, tocando la puerta. Cuando se movió para saludar a Brock, él ya no estaba. Supuso que estaba en el entrenamiento o que probablemente estaba en el jardín, ¿se había dado cuenta de su llanto? ¿de lo mal que la había pasado toda la noche? Anhelaba que no, puesto que ella simplemente no estaba tan segura de todo lo que había hecho. 

- ¿Qué tienes? Mamá ha estado llamándote desde temprano, pero no le contestabas, optó por llamarme. - Preguntó su hermana, adentrándose en la habitación cerrando la puerta tras de ella.

- Es un poco confuso, no me preguntes.- Cubrió su rostro con las sábanas.

- ¡Claro que te pregunto! ¿Qué pasa? 

Se sentó a su lado, la movió de la cama buscando alguna respuesta, aún que ella ya se imaginaba algo.

- ¿Fue por Joe? - Soltó sin más, su hermana sollozó debajo de las cobijas, ella nunca se equivocaba y sabía que ese patán, como ella lo llamaba, algo le había hecho.- Por dios, Marjorie, ¿cuando será el día que aprendas? 

- ¡No puedo aprender si es Joe! ES JOE.- Gritó ella descubriéndose.

- ¿El mismo que te dejó como un juguete que no le hacía falta? ¿ese? 

Sus palabras lastimaron, pero ella tenía razón.

- Ese tipo sólo te busca porque está aburrido, porque tienes a alguien y cree que ahora puede tomarte. ¿De verdad v ale la pena dejar tú compromiso?

Se lo pensó dos veces, realmente Brock era un ángel con ella, la esperó cuando no se sentía lista, incluso ya tenían hasta los nombres de sus hijos pensados, esto sería demasiado cruel por hacérselo, cuando él no se merecía más que cosas buenas después de todo lo que había hecho por ella. Defitivamente estaba siendo la peor persona por todavía considerar a Joe en su vida sabiendo que sí ella se rompiera en mil pedazos justo ahora, Joe seguiría con su vida porque nunca le importó Mar, nunca se molestó en preguntar por ella después de tanto tiempo, porque él sólo veía por si mismo, nunca veía si podía hacerle daño a alguien a su alrededor.

(...)

- ¿Y no la besaste, idiota? - Preguntó Jamarr, que había escuchado toda la historia de Joe, era esa clase de mejor amigo que lo motivaba a hacerlo pese si estaba mal.

- ¿Cómo la voy a besar? Me evitó todo el rato charlando, parecía que no quería convivir conmigo.

- Si mi ex me hablará, tampoco me sentiría cómodo charlando con ella. 

Las palabras de su mejor amigo hicieron eco en su cabeza, podía tener razón. Pero él no quería dejar escapar ninguna oportunidad para demostrarle que podía cambiar por ella, que si ella se lo pidiese, dejaría todo sólo por ir a estar a su lado.