❝ ─ Mis amigos más cercanos suelen llamarme Tae ─ murmura TaeHyung de repente, después de que JungKook concluye su historia.
─ ¿Me estás diciendo que ahora soy tu amigo cercano? ─ JungKook bromea, entrecerrando los ojos hacia TaeHyung.
O, donde Jung...
— La historia se desarrolla en un mundo donde los hombres pueden embarazarse.
— TaeHyung en ocasiones será llamado por pronombres femeninos, y usará ropa catalogada como femenina.
— Mención de la lactofilia. La lactofilia es la parafilia o práctica sexual relacionada con el deseo de ingerir leche de los pechos.
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JungKook se lanza hacia adelante, su brazo sale disparado a través de la puerta automática del ascensor en un reflejo cuando ve a una mujer que le resulta familiar caminando hacia el ascensor. Sostiene una bolsa de papel llena de comestibles cerca de su pecho, el logotipo reconocible de la tienda de comestibles más cercana estampado en el papel Kraft.
Ella murmura un silencioso gracias a lo cual JungKook sonríe, presionando el botón de su piso. Él se ofrecería a ayudar a la mujer mayor a llevar sus compras, si tan solo no estuviera sosteniendo la misma bolsa de papel que ella. De alguna manera, siempre se las arreglan para encontrarse en el camino a casa después de sus viajes de compras semanales. JungKook se había topado con ella hace una semana mientras cerraba la puerta de su apartamento y la mujer acababa de llegar de su viaje, y hace unas dos semanas, ambos se encontraron en el pasillo de verduras de la tienda.
— Tuvieron ofertas locas para la lechería hoy — dice JungKook, conversando un poco con la mujer mientras espera que el elevador llegue a su piso.
La mujer se ríe — Sí, se suponía que iba a ser un viaje ligero, pero hoy terminé abasteciéndome de leche de almendras.
Antes de que JungKook pueda evocar una respuesta, las puertas del ascensor se abren y JungKook deja que la mujer salga primero.
— Nos vemos — La mujer le da un breve asentimiento en lugar de un saludo con la mano porque tiene las manos ocupadas.
Sonriendo, JungKook responde lo mismo.
A pesar de ver a la mujer casi cada dos semanas, no han logrado intercambiar más que unas pocas palabras y JungKook se siente un poco mal por no saber su nombre, dado que vive justo al lado de su unidad.
La unidad estaba vacía cuando JungKook se mudó por primera vez hace un año, y fue solo hace dos meses que alguien se mudó. Aunque, cuando JungKook vio por primera vez al nuevo ocupante, estaba bastante seguro de que era un hombre. Lo sabía porque se presentó al hombre y se ofreció a ayudar a mover algunas cosas, a lo que el hombre se negó cortésmente, diciendo que tenía suficiente ayuda. JungKook no ha vuelto a ver al tipo desde entonces.
Buscando a tientas la cerradura de su apartamento, JungKook se esfuerza por abrir la puerta mientras aún sostiene la bolsa de papel. Después de varios minutos, se las arregla para abrirlo, manteniendo todo intacto con éxito. Se dirige directamente a la cocina, con las manos adoloridas por lo pesada que es su carga de comestibles hoy, y mientras almacena todo lo que compró, la pregunta sobre su misterioso vecino queda sin respuesta en el fondo de su mente.
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Trabajar en casa sin duda tiene sus ventajas, especialmente cuando JungKook puede estirarse de la forma que quiera, descansando en el piso de su sala de estar mientras contempla el plano del hotel de su cliente en lugar de distorsionar su figura en un escritorio de oficina abarrotado. Y cuando mirar fijamente el enorme papel no ayuda, JungKook levanta su cuerpo, dejando el papel abierto en el suelo mientras camina hacia la cocina. Todavía le queda algo de agua en la tetera después de su segunda taza de té y esta vez, opta por hacer un café en su lugar, con la esperanza de que resucite su cerebro.
Con un café humeante en la mano, JungKook camina hacia el balcón para disfrutar de su bebida allí. Con la forma en que va su proyecto actualmente, tendrá una larga noche por delante. Entonces, por ahora, decide tomarse un descanso, aprovechando el clima raramente bueno que Seúl tiene para ofrecer hoy en día.
Colocando su taza en la mesa de café, JungKook está a punto de sentarse en una de las sillas de mimbre cuando escucha una suave maldición desde un lado. Volviendo la cabeza, cruza los ojos con el hombre con el que habló hace un par de meses. Al menos JungKook cree que lo es, porque este hombre se ve significativamente diferente que antes. No hay más cabello rizado, despeinado, iris verdes cansados con ojos que se vuelven morados o labios rosados agrietados.
Ahora luce radiante, las mejillas sonrojadas con un leve color rosa, los ojos verdes como la espuma del mar brillan y los labios rosados lucen lujosos y suaves.
— ¡Hola! — El hombre gorjea alegremente, sus delgados dedos saludan a JungKook con demasiado entusiasmo para alguien que no lo conoce.
JungKook nunca relacionaría una voz tan profunda con rasgos tan hermosos, pero cuando la escucha, no puede pensar en nadie más adecuado para ese tipo de voz. Su mente registra lentamente cómo los rasgos abiertos del hombre se transforman en algo parecido a un ceño fruncido y antes de que pueda avergonzarse más, se da cuenta de la razón.
— Hola. Nunca te he visto por aquí antes — JungKook dice rápidamente. Hace una mueca por lo robótico que suena, pero por la forma en que el hombre le está haciendo ojitos en este momento, probablemente esté siendo demasiado crítico consigo mismo.
— Nos conocimos cuando me mudé aquí. Te ofreciste a ayudarme a mudarme. ¿Recuerdas? — El hombre dice. Tiene una sonrisa fácil en los labios mientras mira a JungKook mientras cuelga la ropa.
Es la primera vez que JungKook ve a su vecino utilizar el tendedero desde que se mudaron. El tendedero blanco siempre ha estado allí, sin usar en el balcón, y hasta hoy, JungKook estaba bastante seguro de que solo tenía un propósito decorativo — Oh, sí. Yo recuerdo eso.
El hombre asiente, pero no ofrece nada más. En lugar de tratar de ser un vecino preocupado, JungKook continúa: — ¿Cómo encontraste todo por aquí? ¿Eres nuevo en el vecindario?
— Es muy bonito y sereno. No hay mucho ruido en comparación con mi antiguo lugar. Francamente, una de las razones por las que compré este lugar es por lo cerca que está la tienda — Terminando con la última pieza de su ropa, el hombre gesticula en la vaga dirección de la tienda — Sin embargo, no he tenido la oportunidad de ir, mi madre siempre me trae comestibles cada vez que viene — Pone los ojos en blanco con cariño, la sonrisa prominente en sus labios ante la mención de su madre.
JungKook frunce el ceño mientras trata de unir los fragmentos de la vida de su vecino en su mente para obtener una mejor comprensión — Oh, entonces la mujer-
Un fuerte grito desgarrador desde el interior del piso de su vecino rompe la serenidad de la noche, interrumpiendo las palabras de JungKook, y antes de que pueda decir algo, el hombre le sonríe disculpándose.
— El deber llama — comenta, agitando sus delgados dedos una vez más antes de desaparecer detrás de la puerta de cristal del balcón.
JungKook está boquiabierto después de su breve encuentro con su vecino, y se quedó pegando las piezas por su cuenta. La mujer con la que siempre se encuentra JungKook es la madre de su vecino. Bueno, eso responde por qué él nunca la ve más allá del viaje de compras semanal.
Finalmente, tomando asiento en la silla de mimbre para disfrutar su café, JungKook suspira cuando la yema de sus dedos roza la taza fría. Eso le pasa por hacer café con agua tibia.
Ya no puede escuchar el llanto del bebé, principalmente porque su vecino cerró la puerta del balcón, pero espera que el bebé se haya calmado ahora. El edificio tiene un control de ruido tan bueno que hace que se pregunte si su vecino ha estado viviendo con un bebé todo este tiempo y él nunca lo notó.
Su Nana lo regañará por no saber, si se entera, pero es muy difícil conocer a tu vecino cuando la persona apenas sale de la casa. Existe la posibilidad de que JungKook solo vea al hombre en otros dos meses, si no más.
