❝ ─ Mis amigos más cercanos suelen llamarme Tae ─ murmura TaeHyung de repente, después de que JungKook concluye su historia.
─ ¿Me estás diciendo que ahora soy tu amigo cercano? ─ JungKook bromea, entrecerrando los ojos hacia TaeHyung.
O, donde Jung...
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Un fuerte golpe proveniente de la puerta principal saca a JungKook de su siesta. Se despierta desorientado, mirando demasiado tiempo a la puerta principal en lugar de comprobar quién está llamando. Son solo las diez de la mañana, pero sus hermanos y Nana se fueron hace no más de media hora y JungKook había olvidado lo agotador que es entretener a cuatro hermanos menores.
Los golpes vuelven y esta vez JungKook maldice para sus adentros — ¡Voy! — Dice, con la voz ligeramente levantada mientras camina hacia el pasillo.
Sin usar la mirilla, JungKook abre la puerta, bostezando y preguntando al mismo tiempo — ¿Sí?
— Oh — TaeHyung hace boca de pescado. Sus ojos son atraídos por el torso desnudo de JungKook y joder, ¿por qué no eligió algo para ponerse antes de tomar una siesta?
Cerrando la puerta ligeramente, JungKook esconde su cuerpo detrás de la puerta — Estaba tomando una siesta — dice, esperando no sonar como un pervertido por abrir la puerta con solo un par de joggers sueltos que apenas se sujetan a sus caderas.
TaeHyung se aclara la garganta y con su mirada resueltamente fija en el rostro de JungKook, escupe en un suspiro practicado — ¿Puedo pedir tu ayuda para cuidar de Yeon hoy? Se suponía que mi madre vendría a cuidarla, pero tuvo una emergencia en el trabajo y tengo que encargarme de la gira del libro — Bajando los ojos al suelo, continúa en voz más baja: — No me siento cómodo llevándola a la librería conmigo, va a estar llena de gente hoy.
— Oye, eso está bien. Puedo cuidar de ella — asegura JungKook, ignorando fácilmente la preocupación de TaeHyung — No es la gran cosa.
TaeHyung se muerde el labio inferior con nerviosismo, los ojos parpadean entre el rostro de JungKook y la puerta, como si estuviera debatiéndose entre tratar de decir algo o no.
— ¿Hay algo más? — JungKook adivina.
Tomando una inhalación profunda, TaeHyung murmura: — ¿Está bien si la cuidas mientras te quedas en mi casa? Es que ella tiene su corralito y todos sus juguetes ahí. Le están saliendo los dientes, así que ha estado muy quisquillosa esta semana.
JungKook puede tener cuatro hermanos menores, y es posible que los haya cuidado en el pasado, pero no se quedó con ninguno de sus juguetes, aparte del peluche de zorro de JiWoo, que ella le hizo prometer que no tiraría. Duda que MiYeon sea feliz con un solo juguete de peluche.
JungKook asiente, estando de acuerdo — Sí, seguro. Dame diez minutos para prepararme y estaré allí.
Al escuchar la respuesta de JungKook, parece que TaeHyung está a punto de saltar. Su sonrisa es tan amplia que muestra sus dientes y sus redonditas mejillas se abultan. Ha pasado un tiempo desde la última vez que JungKook vio su sonrisa genuina.
Y como si todo entre ellos se reparara mágicamente, TaeHyung agita la mano con entusiasmo como en los primeros días buenos — ¡Excelente! ¡Muchas gracias! ¡Nos vemos!
