Maite Martinez, hermana de Carlos. Lleva una vida muy complicada en el Fuerte Apache. Ya qué de por sí el barrio es peligroso, pero hay algo que lo empeora. Qué es Danilo Sanchez, el mejor amigo de su hermano con el cual no se lleva demasiado bien...
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(Narrador: Maite Martinez)
—¿Viste ese pelotudo de allá? —Le dije a Carlos que estaba apoyado en la baranda de rejas, mientras señalaba a un chabón.
—¿Cuál? ¿El castaño? —Dijo observando a los del otro equipo.
—Sí, ése. Quiero que lo hagas mierda.
—¿Por qué? —Contestó confundido.
—Es uno de cuarto año, siempre me molesta con que vos jugas re mal y que se yo. Demostrale que esta equivocado.
—Vos tranquila que debe de jugar para el orto, se nota de acá a la china.
—Que se yo.. vos hacelo mierda —El asintió con la cabeza y fue trotando a donde estaba su equipo porque los había llamado Propato.
Me senté en las gradas con la Mariela, y ella me sacudió levemente el hombro.
—¿Qué pasó? —Con la mirada, señaló a la Tapi. La novia del uru, o su "wacha" cómo decía el.
—Pendeja del orto no me la banco, y al novio menos.
—El uru me cae bien, pero la Támara no. Es super ojo alegré aquélla, igual que el novio.
Yo rodeé los ojos —Todos iguales, menos mi hermano, obvio.
Ella río y escuchamos el silbato. Los chicos habían empezado el partido.
En el primer tiempo el uru había hecho 1 gol y Carlos 2, que claramente se los dedico a su novia.
En el segundo tiempo, en los últimos minutos. El Uruguayo se los bailo a todos y le hizo tremendo caño a aquél pibe que le dije a Carlos que lo hiciera bosta.
Después de aquel caño hizo un gol, haciendo qué girara con un salto de alegría. Para luego hacerle una T a Tamara, dedicándole aquél gol.
Yo miraba a Danilo mientras que hacía la T, pero no lo miraba como siempre. Parecía que mi mirada tenía algún significado de fondo, algo enojada, algo que no se explicar.
—Maite! ¿Me estás escuchando?
—Perdón Mari, estaba super colgada. ¿Qué pasó?
—¿Qué te pasa a vos? Hasta humo de las orejas te sale, tenes una cara de orto impresionante. ¿A quién miras así?
Negué con la cabeza —No.. no, a nadie.
—No me mintas Maite, te conozco super bien.
—Córtala boluda, no miraba a nadie. Listo, se acabó el tema.
