Maite Martinez, hermana de Carlos. Lleva una vida muy complicada en el Fuerte Apache. Ya qué de por sí el barrio es peligroso, pero hay algo que lo empeora. Qué es Danilo Sanchez, el mejor amigo de su hermano con el cual no se lleva demasiado bien...
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—Ya fue Carlos, ey. ¿Qué? ¿Va' a tener esa cara de orto todo el viaje?
—Pensamos que no iba a pasar nada.
—Me re cagaron a mi y a la Mariela. El padre la cagó a palos. Y no saben el quilombo que se me armó en casa. Hoy zafé porque cuando me fui, mi viejo estaba durmiendo.
—¿Vo' deci' que le va a decir a tu vieja?
—No sé, de eso me voy a enterar cuando vuelva. Más vale que valga la pena ir de nuevo.
—Ma' vale que va a valer la pena. olvídate. Eso ya está hecho, vamo' a queda'.
—¿Cómo estuvo el cumple?
—Una muerte, pero estuvo bueno.
—¿Bueno porque te pusiste en pedo? ¿Me estás jodiendo? Encima yo fui la que te tuvo que llevar a la cama para que te acostaras.
Carlos se río. Pasaron unos señores apurados y eso los hizo entender que ya se tenían que ir.
Los chicos se levantaron y caminaron hacia una de las puertas.
Al abrirse los tres salieron corriendo para que no los agarrara.
Mientras Maite los esperaba en las gradas, se durmió un ratito ya que tenía sueño.
—¡Dale conchuda, levántate que se no' va el bondi! —Dijo Danilo, sacudiendo a Maite para levantarla.
Al no tener respuesta decidió agarrarla de las piernas y llevarla alzada.
—Pará, pelotudo ¡Bajame!
—No, jodete.
Carlos se reía —¿Y vos de que te reís, salame?
Se fue todo el camino encima del Uruguayo, y Carlos iba riéndose se como se quejaba.
—Listo, ahora si te pode' bajar.
Dentro del bondi se quedaron por ahí, danilo se sentó y Carlos estaba parado con Maite.
Danilo se sacaba los mocos y Maite lo miraba —¿Muchos mocos Danilo?
Danilo la miró se comenzó a reir y miró a Carlos.
—Che, la Anabella, en cambio, e' piola, ¿vi'te? Encima e'tá re buena.
—No te va a dar bola esa —Contestó Carlos.
—Y mirá, si te seguis comiendo los mocos mucho menos te va a dar bola —Agregó Maite, burlándose.
—Cerra el orto, vos.—Le dijo Danilo a Maite para mirar a su amigo —¿Por qué? ¿Qué sabé' vo'? Con un buen auto y un buen fierro, ¿sabé' qué?
—Déjame de joder. Todos hablan de lo mismo todo el día. Que el caño, que el coche. Dejen de romper las bolas.
Un payaso que estaba laburando ahí, paso al costado de los chicos y les comentó que venía el chancho.
