Todoroki abre la puerta del copiloto del Audi 4 x 4 negro y subo. Menudo cochazo. No ha mencionado el arrebato pasional del ascensor. ¿Debería decir algo yo? ¿Deberíamos comentarlo o fingir que no ha pasado nada? Apenas parece real, mi primer beso con forcejeo. A medida que avanzan los minutos, le asigno un carácter mítico, como una leyenda del rey Arturo o de la Atlántida. No ha sucedido, nunca ha existido. Quizá me lo he imaginado. No. Me toco los labios, hinchados por el beso. Sin la menor duda ha sucedido. Soy otra mujer. Deseo a este hombre desesperadamente, y él me ha deseado a mí.
Lo miro. Todoroki está como siempre, correcto y ligeramente distante.
No entiendo nada.
Arranca el motor y abandona su plaza de parking. Enciende el equipo de música. El dulce y mágico sonido de dos mujeres cantando invade el coche. Wow... Mis sentidos están alborotados, así que me afecta el doble. Los escalofríos me recorren la columna vertebral. Todoroki conduce de forma tranquila y confiada hacia la Southwest Park Avenue.
— ¿Qué es lo que suena?
—Es el «Dúo de las flores» de Delibes, de la ópera Lakmé. ¿Te gusta?
—Shoto, es precioso.
—Sí, ¿verdad?
Sonríe y me lanza una rápida mirada. Y por un momento parece de su edad, joven, despreocupado y guapo hasta perder el sentido. ¿Es esta la clave para acceder a él? ¿La música? Escucho las voces angelicales, sugerentes y seductoras.
— ¿Puedes volver a ponerlo?
—Claro.
Todoroki pulsa un botón, y la música vuelve a acariciarme. Invade mis sentidos de forma lenta, suave y dulce.
— ¿Te gusta la música clásica? —le pregunto intentando hacer una incursión en sus gustos personales.
—Mis gustos son eclécticos, Bakugo/Katsuki. De Thomas Tallis a los Kings of Leon. Depende de mi estado de ánimo. ¿Y los tuyos?
—Los míos también. Aunque no conozco a Thomas Tallis.
Se gira, me mira un instante y vuelve a fijar los ojos en la carretera.
—Algún día te tocaré algo de él. Es un compositor británico del siglo XVI. Música coral eclesiástica de la época de los Tudor. —Me sonríe—. Suena muy esotérico, lo sé, pero es mágica.
Pulsa un botón y empiezan a sonar los Kings of Leon. A estos los conozco. «Sex on Fire.» Muy oportuno. De pronto el sonido de un teléfono móvil interrumpe la música. Todoroki pulsa un botón del volante.
—Todoroki —contesta bruscamente.
—Señor Todoroki, soy Fukidashi. Tengo la información que pidió.
Una voz áspera e incorpórea que llega por los altavoces.
—Bien. Mándemela por e-mail. ¿Algo más?
ESTÁS LEYENDO
50 Sombras de Shoto [Adaptación] ✓
FanfictionCuando el estudiante de literatura Bakugo Katsuki es obligado a entrevistar al exitoso y joven empresario Todoroki Shoto para la revista de su escuela, él lo encuentra atractivo, enigmático e intimidante. Convencido de que su entrevista salió mal, i...