Capítulo 1

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"¡Dispara ahora mismo!" Gritó un hombre de forma agresiva a otro, al cual le temblaba el brazo mientras apuntaba un revólver hacia una mujer.

"¿¡Por qué hacéis esto?! ¡Os he dicho que no sé nada! ¡Sólo soy un puto mandado!" Respondió el hombre que estaba siendo obligado a disparar, portaba un esmoquin azul con rayas negras con su cabello del mismo color azabache y un sombrero azul, este hombre trabaja en una mafia y había sido capturado por un grupo rival.

"Exactamente, solamente eres un peón sin importancia, que mala suerte tuviste de que fuiste grabado por las cámaras de un reportero en vivo y en directo, se puede decir que la televisión te condenó. ¡Ahora dispara a tu esposa o violaremos a tu hija mayor y usaremos a tu hijo menor para el tráfico de órganos!" El mafioso estaba disfrutando torturando mentalmente y ordenando al capturado que asesinara a su propia esposa para salvar a sus hijos.

En la mente del pobre hombre todo era un caos, se unió a la mafia para conseguir algo de dinero, ya que lo despidieron del programa de televisión que retransmitía, no se sentía orgulloso de haber asesinado gente inocente por órdenes de sus superiores, pero era necesario, hasta que algo ocurrió un día, le ordenaron asesinar a la hija del líder de la mafia rival, no lo logró y encima había sido grabado por las cámaras de una reportera de las noticias que grabaron el tiroteo que se formó, la mafia lo desechó y lo capturaron a él y a su familia.

Su esposa miró a su esposo y sonrió, en señal de que lo hiciera, el hombre comenzó a llorar mientras miraba a la mujer y después de casi medio minuto de vacilación, apretó el gatillo.

Un disparo impactó en la cabeza de la mujer, ofreciendo una muerte instantánea para generar el mínimo dolor posible.

El hombre podría haberse girado y haber disparado a uno de sus captores, pero no serviría de nada ya que el revólver que le dieron solo tiene una bala y estaba rodeado de hombres armados que lo convertirían en un colador en cuanto lo vieran girarse, además de que le harían cosas horribles a sus hijos.

"Muy bien" Comenzó a decir uno de los captores mientras comenzaba a caminar alrededor del pobre hombre que estaba arrodillado, llorando la muerte de su esposa.

"¿Qué se siente ser un peón sin valor? ¿Qué se siente saber que nadie de tu grupo te salvará puesto que tu muerte no le importa a nadie? ¡El poder lo decide todo! ¡Y tú decidiste conformarte con ser pisoteado por los demás!" Comenzó a gritar y burlarse mientras el hombre de esmoquin azul y negro dejaba de sollozar para mirar al secuestrador con furia.

Pero no pudo decir nada ya que sintió que algo le perforaba el pecho, fue tan rápido que casi ni le dolió hasta que se dio cuenta de lo que había ocurrido, le habían disparado.

El hombre se tumbó en el suelo mientras comenzaba a soltar sangre a montones, formándose una especie de piscina de color rojo mientras los secuestradores comenzaban a reír, en sus últimos momentos el hombre comprendió todo, igualmente le iban a hacer esas cosas horribles a sus hijos, así era la pirámide de poder social. En sus segundos finales, el hombre prometió que, si volvía a vivir de algún modo, no volvería a ser el pisoteado, sino que será él el que esté en la cima de la pirámide y abusará de su poder todo lo posible.

Todo el lugar se comenzó a volver borroso hasta que despareció por completo.

"¡Me cago en la puta!" Vox se despertó totalmente alterado de aquel recuerdo que había soñado de su vida pasada, últimamente se estaban haciendo más comunes y odiaba eso, odiaba con toda su alma recordar lo débil que fue cuando estaba en el mundo mortal.

Y ahora que era una entidad poderosa en el infierno no quería recordar sus momentos antes de llegar allí.

Vox juraba que si tuviera una cabeza de piel estaría sudando por el sueño/recuerdo, pero en vez de eso tenía una gran pantalla de televisor por cabeza, algo irónico si recuerdas que fue la razón vital por la que murió.

Hotel VoxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora