¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Sukuna tenía tu cabello agarrado con fuerza en su puño mientras te sentabas entre sus piernas, la saliva goteaba por tu barbilla y sobre tus tetas expuestas. Las lágrimas corrían por tus mejillas mientras te atragantabas con su polla, cerrando los ojos con fuerza mientras él te follaba la garganta. Las uñas de tus dedos se clavaron en sus carnosos muslos, aferrándose a ellos con toda su vida, luchando por respirar. "Maldita puta, te gusta que te follen la garganta, ¿no?" Sukuna te sacó de su polla, un rastro de saliva conectando desde tus labios hasta su punta. Tu pecho estaba agitado, tratando de recuperar el aliento, todavía usando tus manos para masturbarlo.
Mientras esto sucedía, Toji se sentó en un rincón con su polla en la mano, apretándola y acariciándola mientras observaba a Sukuna usarte. Su labio inferior estaba atrapado entre sus dientes, el líquido preseminal goteaba de su cabeza y sus pelotas pesaban. "Dale una bofetada muy fuerte", ordenó, con la mandíbula aflojada. Sin pensarlo dos veces, Sukuna golpeó tu mejilla con su gran palma, tu cabeza se movió hacia un lado. "Oh", se rió Toji, "¿eso te sorprende, perra? Hazlo otra vez."
Sukuna te dio un revés esta vez, un gemido salió de tus labios mientras te aferrabas a tu mejilla. "Mírame." Te agarró bruscamente la barbilla, obligándote a mirarlo. "Vuelve a poner tu boca en mi polla y haz un buen trabajo, ¿entiendes?" Su voz era severa. Todo lo que hiciste fue asentir, sacando la lengua y envolviendo tus labios alrededor de él. Su gran mano empujó la parte posterior de tu cabeza, presionando tu nariz contra su pelvis. "¡Mmmm, joder!" Sukuna gruñó, sintiendo tu garganta apretarse alrededor de él como amordazada.
Jadeaste por aire cuando él te quitó, con los ojos llorosos mirándolo, sin perder el tiempo para tenerlo nuevamente en tu boca, moviendo tu cabeza hacia arriba y hacia abajo, sintiendo cómo golpeaba la parte posterior de tu garganta. "A ella le encanta que la utilicen. Mira eso", gimió Toji, masajeándose las pelotas con la otra mano, siguiendo tus movimientos y ritmo. "¡Apuesto a que su coño de puta está empapado ahora mismo!"
Una carcajada vino de Sukuna, "¿quieres comprobarlo?" Le arqueó una ceja a Toji. El hombre de la esquina se levantó de su silla, caminó hacia ti y te agarró del suelo, arrojándote sobre la cama como si no pesaras nada. Un pequeño ayuda provino de ti, con los ojos mirando de un lado a otro a los dos hombres corpulentos que estaban frente a ti. Toji te agarró los tobillos, te llevó al borde de la cama y te puso boca abajo. "Joder, escucha y arquea ese trasero por mí". Agarró la carne afelpada de tu trasero antes de azotarlo con dureza.
Sukuna se subió a la cama, se arrodilló frente a ti y te miró con una sonrisa diabólica. Te abofeteó la cara antes de agarrarte la barbilla. "Abre.", simplemente exigió. Hiciste lo que te dijeron, abriendo la boca y sacando la lengua. Te escupió en la boca, mirando fijamente con los ojos cómo lo tragabas, sonriéndole. "No eres más que agujeros que podemos usar, ¿entiendes? Si alguna vez piensas en ti mismo como algo más que eso, te arruinaremos". Guió tu boca directamente hacia su polla, gimiendo cuando sintió tu lengua sobre él nuevamente.
